La dirección general de Turismo, Comercio y Artesanía, dependiente de la consejería de Economía, Empresas y Empleo de Castilla-La Mancha, con la colaboración de la consejería de Desarrollo Sostenible, ha puesto en marcha una campaña de promoción turística con el objeto de destacar los valores medioambientales y paisajísticos del Parque Natural del Alto Tajo (Guadalajara y Cuenca), de cuya declaración en abril se cumplieron 20 años.
Tras las Jornadas de Meteorología y Promoción Turística del Medio Natural –que este año no ha podido celebrar su normal desarrollo como consecuencia de la crisis sanitaria de la COVID-19 – la campaña centra su interés en dos enclaves excepcionales de la provincia de Guadalajara: el Parque Natural del Alto Tajo y el municipio de Sigüenza.
El aspirante a convertirse en Parque Nacional, hoy Parque Natural del Alto Tajo, atesora, en sus cerca de 106.000 hectáreas y sus casi 70.000 hectáreas de zona periférica de protección, la red de cañones y hoces fluviales continua más extensa de Castilla-La Mancha, en la que tienen cabida formas singulares de ladera, como agujas, monolitos y cuchillos, sobre rocas calizas y areniscas rojas, componiendo un espectacular paisaje.
Junto a este escenario tallado por la red hidrográfica que lo atraviesa, conviven las parameras, ocupadas por extensos sabinares en los que encuentra refugio el 20% del total de especies de la flora ibérica.
Sus bosques de ribera y sus pinares acogen un vasto ecosistema de micromamíferos, reptiles, aves rapaces, siete especies autóctonas de peces y nueve clases distintas de anfibios, mientras que las espectaculares paredes rocosas que rodean los cañones fluviales albergan colonias de especies amenazadas como el águila perdicera, y excelentes poblaciones de rapaces rupícolas como el águila real, el alimoche, el buitre leonado, el halcón peregrino o el majestuoso búho real.
Para disfrute de todos
Para el disfrute del visitante, el Parque Natural dispone de 21 áreas recreativas, 15 rutas señalizadas, además de una red de 9 geo-rutas dedicadas a la interpretación de su valioso patrimonio geológico, y 4 rutas etnográficas, que pueden realizarse a pie, en bicicleta o en coche. Todas estas rutas están reforzadas con paneles y señales informativas e interpretativas. Asimismo, el Parque es atravesado por 3 senderos de gran recorrido el GR-10, el GR-66 y el GR-113.
El visitante cuenta, además, con hasta siete centros de interpretación como primera toma de contacto con el Parque Natural: el de Dehesa de Corduente, localizado entre Corduente y Zaorejas; el centro de interpretación Sequero, en el municipio de Orea; el Museo de la Ganadería Tradicional en el Alto Tajo, en Checa; el centro de interpretación Río Tajo de Zaorejas; y los puntos de información de Ocentejo, Peralejos de las Truchas y Poveda de La Sierra.
Tampoco podrá perderse quien recale en el Parque Natural del Alto Tajo el geoparque Molina-Alto Tajo, ni enclaves singulares como el Mirador del Barranco de la Virgen de la Hoz en el río Gallo; la Laguna de Taravilla y Salto de Poveda; la Ciudad encantada de Chequilla; las Salinas de Armallá y de Saelices de la Sal; el Valle de los Milagros; el edificio tobáceo de Aguaspeña, en Checa; el Mirador del Puente de San Pedro; el Hundido de Armallones; o el espectacular Mirador del Tajo de Zaorejas.
Turismo activo
Los amantes del turismo activo tienen también la posibilidad de practicar deportes de aventura, como el buceo, la equitación, la escalada, la espeleología, el rappel, o el piragüismo, entre otros.
Entre finales de agosto y principios de septiembre, el visitante puede además descubrir de primera mano el trabajo de los gancheros, que inspiró la novela de José Luis Sampedro El río que nos lleva. De forma rotatoria entre Poveda de la Sierra, Peñalén, Zaorejas, Taravilla y Peralejos de Las Truchas, se celebra la Fiesta del Ganchero, que conmemora una profesión que, durante cinco siglos, trasladó por el agua los troncos cortados desde el río Tajo y el Guadiela hasta Aranjuez, Toledo y Talavera de la Reina.