Un pueblo de CLM pide voluntarios para combatir al árbol invasor que vemos en todos sitios
De tronco no muy grueso, alcanza hasta treinta metros de altura y una longevidad de cincuenta años.
Es poco exigente en la calidad del sustrato y soporta ambientes contaminados, lo que facilita su dominio sobre las especies autóctonas en cualquier terreno. De hecho, en España está prohibida su tenencia, comercialización y plantación en jardines públicos y pertenece al catálogo de especies exóticas invasoras. Ampliamente naturalizado en nuestro país, ocupa cunetas, taludes, escombreras, áreas periurbanas y jardines abandonados, según ha explicado el ayuntamiento de Yebes (Guadalajara) en una nota de prensa.
De rápido crecimiento, se reproduce por vía asexual en forma de brotes vigorosos de cepa y raíz, que se dispersan a 15 metros de distancia del pie madre, o por simientes pues un ejemplar adulto puede producir hasta 350.000 semillas. Es el ailanto, la especie invasora por antonomasia que ha ocupado dos zonas del bosque de Valdenazar y cuyos brotes serán eliminados este viernes a partir de las cinco de la tarde en la VII Jornada de Voluntariado.
Organizada por la Concejalía de Medio Ambiente de Yebes con la colaboración de la Asociación ‘Micorriza’, esta convocatoria quiere poner de manifiesto la importancia de preservar las especies autóctonas frente a las invasoras en un ecosistema mediterráneo como este paraje natural de 25 hectáreas y ubicado en el núcleo de Valdeluz.
Durante el primer año de vida, el ailanto tiene una mortalidad muy baja, “de ahí la necesidad de perseverar cada temporada en la destrucción de los nuevos plantones para evitar que se haga fuerte y coma terreno a la vegetación autóctona”, explica Vidal Gaitán, edil de Medio Ambiente. Que indica que “no se nos ocurre una manera mejor” de devolver a este parque forestal los “formidables momentos” que ha hecho pasar a miles de visitantes que recorren a diario la ruta perimetral y disfrutan de las áreas estanciales. A causa de la pandemia, es obligatorio el uso de la mascarilla e inscribirse previamente en asociacion@micorriza.org.
La participación de los voluntarios en estas jornadas ha sido “providencial” para detener el avance del ailanto en este espléndido espacio natural, una intervención que es una de las líneas previstas en el Plan de Gestión de Valdenazar, documento que diagnostica las fortalezas y debilidades que tiene este bosque.
Así, el trabajo llevado a cabo en estos cuatro últimos años ha evitado la propagación de esta especia invasiva a otras zonas de este monte, cuya presencia se reduce hoy a las antiguas escombreras. Y lo que es más importante, está provocando el debilitamiento paulatino de la cepa madre de esta especie. “Poco a poco se está ganando la partida a esta peligrosa amenaza y cada vez estamos más cerca del objetivo, que no es otro que lograr la extinción definitiva de la población objetivo”, observa Gaitán.
El concejal de Medio Ambiente destaca el mérito de lo logrado hasta ahora pues el ailanto es un árbol difícil de eliminar una vez que se ha establecido, persistiendo a veces incluso después de la tala, quema o tratamiento con herbicidas.
La cita de esta VII Jornada de Voluntariado es este viernes 6 de noviembre a partir de las cinco de la tarde en la zona recreativa de acceso a Valdenazar. Tras la charla introductoria de los miembros de la Asociación ‘Micorriza’ sobre los impactos y amenazas del ailanto (Ailanthus altissima) en los suelos que coloniza y poner en valor el papel de las especies autóctonas, los participantes se adentrarán en el bosque a la caza y captura de los ejemplares de esta especie que han brotado en el último año.
Provistos de azadones, el trabajo consistirá en arrancar las plantas de raíz o, en su defecto, cortar la parte aérea para dificultar su expansión. En cada una de estas jornadas se logran eliminar entre cien y doscientos pies de diferentes tamaños y edades en los dos únicos reductos de este bosque donde aún resiste. El edil de Medio Ambiente advierte que las lluvias previstas a lo largo de esta semana ayudarán a reblandecer el terreno y a facilitar las labores de extracción.