La Guardia Civil ha desarticulado una banda organizada, que se dedicaba a robar a repartidores en ruta en varias provincias, con seis detenciones y cuatro investigados, y el esclarecimiento de 25 robos que logró un botín de 120.000 euros.
Los agentes, en el marco de la operación 'Navarredonda', consideran a los implicados presuntos autores de varios delitos de robo con fuerza, así como asociación ilícita, apropiación indebida, estafa, falsedad documental, atentado a los agentes de la autoridad, conducción temeraria, han informado a Europa Press fuentes del instituto armado.
Tras la obtención durante cerca de seis meses de pruebas suficientes, la explotación final de la operación se llevó a cabo a mediados de noviembre y se ha logrado esclarecer 25 robos llevados a cabo en las provincias de Ávila, Ciudad Real, Guadalajara, Granada, Madrid, Málaga, Soria y Valladolid.
La operación comenzó el 13 de mayo a raíz del robo en una furgoneta de reparto de tabaco cuando abastecía a distintos estancos de la localidad de Navarredonda de Gredos (Ávila).
Así, se logró la identificación de dos de los posibles responsables del robo, que iniciaron un seguimiento a la víctima en el punto de carga de la mercancía, ubicado en la sede de distribución que la empresa Logista tiene en Leganés (Madrid), hasta Ávila, donde finalmente se produjo el hecho.
Localización de la banda
Continuando las investigaciones se descubrió que operaban desde un hotel ubicado en un barrio de Madrid, donde se consiguió identificar a la mayoría de los componentes de la banda, destacando que dos de los implicados se encontraban cumpliendo condena en régimen de tercer grado.
Los agentes determinaron que la actividad delictiva se remontaba, al menos, a finales del 2019, año en el que se detectaron los primeros hechos delictivos cometidos en demarcación del Cuerpo Nacional de Policía de Ciudad Real.
El modus operandi consistía en cometer robos de labores de tabaco y paquetería a domicilio, sobre todo de telefonía móvil, siguiendo a los repartidores, a veces hasta otras provincias, aprovechando que éstos distribuían su mercancía, así como robos con fuerza en diferentes estancos, para posteriormente venderlas al por menor o en distintos establecimientos comerciales.
Sus actuaciones delictivas cometidas por toda la geografía nacional llevaron a numerosas unidades de Policía y Guardia Civil a iniciar investigaciones sobre hechos similares, siendo finalmente la Guardia Civil de Ávila la que las centralizó, dado su avanzado estado de su operación.
Para cometer los hechos delictivos, llegaron a utilizar hasta un total de 17 vehículos, a nombre de terceras personas, usando para ello contratos de compraventa y documentación falsa, utilizada también para obtener tarjetas SIM y terminales de telefonía móvil.