La comunidad de monjas cistercienses del monasterio Santa Ana de Brihuega deja la que ha sido su morada desde 1615, Brihuega (Guadalajara). Tras el fallecimiento de dos hermanas en invierno por el Covid-19, sólo quedan cuatro monjas. Por ello la villa briocense y la diócesis las despiden con tres actos.
Así, el sábado 17 de julio, a las 10 horas, se descubrirá un tótem informativo en su memoria en la céntrica Plaza del Jardinillo; y ese mismo día, por la tarde, a las 20 horas, habrá un tiempo de lectura en el convento, un concierto de la Banda de Música de Brihuega y unos parlamentos de agradecimiento.
Por su parte, el obispo diocesano, Atilano Rodríguez, preside el lunes 26 de julio, a las 20 horas, una eucaristía en la explanada del convento, con el acompañamiento musical del Coro Virgen de la Peña.
La fecha del 26 de julio para su marcha no es gratuita sino que coincide con la festividad de Santa Ana, su fiesta, pero al día siguiente marcharán ya a una casa asistencial en Madrid.
En los últimos años han sido varios los conventos de clausura de la provincia de Guadalajara que han tenido que cerrar. Entre los últimos, el de Cifuentes y el de Molina, y las previsiones no son buenas.