Diez maniquíes que representan la cosificación de los cuerpos de las mujeres se exponen desde este jueves y hasta el próximo 26 de septiembre en los Jardines del Palacio del Infantado para denunciar la trata con fines de explotación sexual.
La muestra, que ha sido presentada por la segunda teniente de alcalde y concejala de Igualdad, Sara Simón, se hace precisamente coincidir con el Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, "una de las grandes violencias contra los cuerpos de las mujeres que se han registrado a lo largo de la historia y que se recrudece en la actualidad hasta niveles intolerables", según ha informado el Consistorio guadalajareño en nota de prensa.
Para Simón, "cuando hablamos de trata, todo el mundo piensa en prostíbulo, pero podemos tener a mujeres o niñas víctimas de la trata más cerca de lo que nos podemos imaginar".
La segunda teniente de alcalde ha dejado claro que "la trata es un problema invisible y, por tanto, es realmente importante que las administraciones nos involucremos en visibilizarla y que sepamos reaccionar si detectamos que una mujer puede ser víctima de una red de explotación sexual".
Estamos hablando, ha dicho, "de una esclavitud contemporánea, de una clara vulneración de los derechos humanos, fundamentalmente de las mujeres, dado que son estas mayoritariamente las que sufren la exigencia de comercialización sobre sus cuerpos".
En este sentido, Simón ha anunciado que, en el marco de la Mesa contra la Trata puesta en marcha por el Ayuntamiento, se está elaborando, en colaboración con la Universidad de Alcalá de Henares, un protocolo municipal para acabar con esta lacra.
La concejala de Igualdad ha agradecido a Pilar V.de Foronda, autora del proyecto artístico; a la comisaria de la exposición, María Jesús Aragoneses, y la Escuela de Artes de Guadalajara la creación de esta exposición "con la que espero que se puedan remover muchas conciencias".
El arte como espacio de creación colectiva
'Mercado canalla' es un proyecto artístico que se concibe como un lugar de reflexión sobre la prostitución y la pornografía, y que se hace las siguientes preguntas: ¿Por qué puedes usar mi cuerpo a cambio de dinero? ¿Por qué te consideras con derecho a pagar por usarme?
Está compuesto por diez maniquíes, cinco paneles con fotografías y un panel con un texto sin final sobre la pornografía. Maniquíes que muestran a la mujer utilizada como mercancía, como gestante, que se puede usar y abusar de su cuerpo como marca.
Por eso maniquíes intervenidos, atados como paquetes transportables a cualquier lugar y en cualquier condición, e imágenes donde un maniquí solo es parte de un paisaje.
Con esta exposición se persigue la puesta en valor del arte como espacio de creación colectiva y cambio social; pero también, la creación de un lugar para concienciar e interactuar con la ciudadanía.