Usando una excavadora para depositarlas en una especie de cazuela gigante que escupía fuego. De esta manera tan espectacular y eficaz ha destruido la Guardia Civil de Guadalajara un total de 1.083 armas de fuego, un arsenal compuesto por escopetas de caza, armas de tiro deportivo y armas cortas.
El proceso de reducción a chatarra y fundición de todo este material intervenido por la Benemérita se realizó el pasado miércoles en una empresa de fundición de acero ubicada en la Comunidad de Madrid, bajo la supervisión y seguimiento de la destrucción por la Guardia Civil de Guadalajara.
La Guardia Civil, una vez obtenidas las autorizaciones y realizados los trámites pertinentes y cumplidos los plazos de depósito establecidos, procede anualmente a la destrucción de todas aquellas armas que han sido intervenidas, bien por estar prohibidas o por haber sido utilizadas en la comisión de hechos delictivos o infracciones administrativas, así como de todas aquellas que han sido depositadas voluntariamente por sus propietarios por dejar de reunir los requisitos exigidos para la obtención de las correspondientes licencias de armas.
Estas actuaciones se enmarcan dentro de la normativa vigente en España y se suma al Programa de Acción de Naciones Unidas sobre el comercio ilícito de armas pequeñas y ligeras que tuvo origen en la Conferencia Internacional de la Naciones Unidas sobre el Comercio Ilícito de Armas pequeñas y ligeras celebrada en julio de 2001, ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
Actualmente, la competencia en materia de armas y explosivos que el Estado tiene, se materializa por medio de las Intervenciones de Armas y Explosivos de la Guardia Civil.
Normativa
Las Intervenciones de Armas y Explosivos, controlan legalmente a las armas, para lo cual el Reglamento vigente establece unos requisitos, entre los que se encuentran la carencia de antecedentes penales así como la superación de pruebas teóricas y prácticas sobre el uso y manejo.
Asimismo, para evitar que un arma pueda ser utilizada indebidamente cuando el titular deje de tener derecho a su tenencia y uso, la normativa establece que sean inutilizadas o destruidas.
La inutilización de un arma, a partir del año 2011, está regulada por un reglamento muy severa, de tal modo que es sometida a un proceso que afecta a todas las piezas fundamentales de ésta, siendo imposible volver a usarla con plena capacidad de funcionamiento.