La bellísima localidad guadalajareña de Sigüenza se fundió este sábado con diferentes voces femeninas para reclamar su empoderamiento. Si la 'Ciudad del Doncel' aspira a ser Ciudad Patrimonio de La Humanidad, las diferentes intérpretes que dieron vida al festival celebrado en su Plaza Mayor, reivindicaron el puesto que ocupa la mujer en la escena musical.
Coincidiendo con 'La Noche del Patrimonio' que celebraron las 15 ciudades españolas que cuentan con este reconocimiento, esta primera edición de 'Mujeres, patrimonio' llenó de ritmos el epicentro de esta histórica villa.
La cita arrancó sobre las 13.00 horas de la mano de María de la Flor, que rodeada de un equipo joven y plenamente femenino, dio cuenta de su música de raíz.
Anna Colom dio inicio a la jornada de tarde, poniendo en escena su sonido de fusión con tintes flamencos. Le siguieron los chilenos Emilia y Pablo, que interpretaron su personal revisión de folclore andino.
A continuación, el cuarteto de 'Las Migas' llenó el escenario de flamenco guerrero y rumba catalana, demostrando que el cante jondo no es solo cosa de hombres.
Recibió el testigo la palmera Valeria Castro, que con su voz amable y dulce demostró que ha dejado de ser joven promesa y ya tiene hueco en la escena musical.
Fue la mexicana Silvana Estrada la que celebró la sororidad que inundó el escenario de la Plaza Mayor de Sigüenza, reclamando el fin de los feminicidios en México, donde al día mueren de forma violenta 10 mujeres, según denunció.
El colofón a este primera edición de 'Mujeres, patrimonio' lo puso Concha Buika. Con su torrente de voz rota y su cruce de flamenco y ritmos africanos calentó la gélida madrugada seguntina.