La alfombra floral de dos kilómetros que han hecho a mano en un pequeño pueblo de Guadalajara
Elaborada con tres toneladas de material, cubrirá las calles del municipio durante la celebración del Corpus Christi.
24 mayo, 2024 13:01Una de las fiestas más populares del Almonacid de Zorita, un pequeño municipio situado en la provincia de Guadalajara, es la del Corpus Christi. La cofradía más antigua del pueblo era y es la encargada de organizar desde el siglo XVII este evento, en el que todos los vecinos se unen para realizar grandes alfombras multicolores de flores con serrín y viruta de madera teñidos. En total, se emplean unas tres toneladas de material para cubrir cerca de dos kilómetros de calles, por las que transcurre la procesión.
Esta festividad, declarada de Interés Turístico Provincial en 2012, comenzó a organizarla la Hermandad del Santísimo Sacramento hace unos 400 años, pero nada tenía que ver con lo que es ahora.
En los años setenta del pasado siglo y unos años después de la recuperación de la tradición del Corpus, adormecida durante el éxodo rural, llegó a Almonacid el médico José María Madrigal, quien posteriormente fue alcalde de la villa. Fue su esposa, Engracia, quien relanzó la tradición de las alfombras. De origen canario, trasladó a la villa alcarreña las costumbres de su tierra natal, en perfecta extensión de las que ya había en el pueblo. De este modo, los barrios empezaron a cuidar más sus alfombras, extendiéndolas por las calles.
Tres toneladas de material
Inicialmente, las embellecían con césped recién cortado, posos de café, cáscara de huevo, arena y pétalos de flores. Posteriormente, cuando adquirió una nueva dimensión, se comenzaron a decorar con serrín teñido. En la actualidad, las alfombras multicolores conservan materiales utilizados años atrás, aunque ahora predominan el serrín y la viruta de madera teñidos. En total, se emplean unas tres toneladas de material.
La creatividad de los vecinos aumenta cada año con el diseño de figuras y motivos de gran vistosidad, con una infinita gama de colores que destaca sobre el asfalto y adoquines de las calles por los que transcurre la procesión, sobre unos dos kilómetros hermosamente adornados. Suelen ser estampas simétricas y geométricas, florales, religiosas y otros motivos ornamentales, pero cada edición muestra bocetos diferentes y llamativas sorpresas, al igual que ocurre con las alfombras principales que decoran cada altar.
Cada calle organiza a sus vecinos. Los barrios comienzan a teñir el material, se marcan con tiza en el suelo las líneas donde irán las alfombras y se pintan bocetos de cómo serán los altares. Son muchos los almorcileños que trabajan a pleno rendimiento toda la noche para que, con las primeras luces del alba del domingo del Corpus, las alfombras estén listas. A media mañana, la villa alcarreña brilla con sus calles tapizadas de una gama infinita de colores.
Una vez acabado el trabajo, también resulta necesario cuidarlo para que al paso de la procesión continúe perfecto, regándolo para mantener el color original. Los turistas incluso madrugan para contemplar las labores de preparación, colaborando en muchos casos con las propias personas que las realizan.
Todos los vecinos participan en los preparativos de esta fiesta popular. Aparte del alfombrado por las calles que quedan unidas por un tapiz de colores y la construcción de los ocho altares, engalanan sus fachadas y balcones con tapices y mantones, convirtiendo a Almonacid de Zorita en una enorme exposición al aire libre.
Recorrido de la procesión
Este año, la celebración del Corpus Christi tendrá lugar el domingo 2 de junio. Tras la eucaristía, se iniciará la procesión con la Custodia, bajo palio, portando el cuerpo de Cristo, como siempre fue tradición. El orden del desfile se mantiene con el paso de los años, encabezado por el estandarte de la Hermandad del Santísimo Sacramento. Le seguirán el resto de las cofradías y también los niños que han hecho la primera comunión recientemente.
El recorrido de la procesión atraviesa el Casco Antiguo del pueblo, con salida y llegada en la Ermita de la Virgen de la Luz. Los almorcileños, organizados por calles y barrios, reciben a la comitiva con altares distribuidos en diferentes lugares del itinerario, con el corazón de Jesús como protagonista, que adornan con imágenes, colchas, alfombras de colores en el suelo y mantones en los balcones y ventanas.
Están situados en las calles de Cervantes, Mayor, a la altura del Centro de Mayores, San Sebastián, de nuevo Mayor, en el cruce con la calle Virgen de la Luz y Gobernador, Plaza del Coso, dos en la calle del Trinquete y el último, frente a la Ermita. La decoración y montaje de este altar es un privilegio que se reserva al hermano mayor de la Cofradía.