Una boda es un día para recordar durante el resto de nuestra vida y escoger lugar para darse el 'sí, quiero' es el primer paso a la hora de organizar. Todas las parejas buscan un entorno idílico que se convierta en el escenario perfecto para su enlace matrimonial, pero no siempre es fácil encontrar una localización que consiga impresionar a todos los invitados.
En Castilla-La Mancha hay un amplio abanico de fincas que ofrecen todos los servicios para hacer de ese momento algo único y especial, aunque hay algunas que sobresalen por encima del resto. Es el caso de Monte de Cutamilla, un precioso espacio situado en Sigüenza (Guadalajara) ideal para casarse.
Este lugar, ubicado a tan solo una hora de Madrid, ofrece un ambiente sosegado y unas instalaciones completamente equipadas para tener un convite perfecto. Su entorno esconde lugares naturales de gran belleza que consiguen cautivar a cualquiera y ofrece un sinfín de posibilidades para este gran día.
La finca cuenta con más de una hectárea de césped utilizable para eventos a lo largo de sus diferentes jardines. Los más especiales son los Jardines del Palacete, con un paisaje natural privado y nada corriente ideal para recibir a los invitados.
Además, si se desea una celebración verdaderamente original, la ceremonia civil puede tener lugar entre lo paisajes de praderas y bosques o en la ribera del río Henares, que es ideal para los aperitivos y el baile, y también se pueden celebrar ceremonias religiosas en su ermita.
Tal y como figura en la página web del establecimiento, en Monte de Cutamilla "se pueden realizar bodas en cualquiera de los parajes". "Para cada evento realizamos un presupuesto específico en función de los deseos de los novios, que pueden elegir el espacio de la finca que prefieran", explican.
Asimismo, ofrece la posibilidad de alojamiento para los invitados más cercanos, con 14 habitaciones dobles en suite que pueden acoger hasta 32 personas. El alquiler incluye desayuno en los salones del palacete.