Guadalajara pudo disfrutar la pasada noche de un fenónmeno astronómico poco frecuente: las auroras boreales. El cielo se tiñó de púrpura en distintos puntos de la provincia y las imágenes fueron captadas por Alfonso Espinosa y Julián García, socios de AstroGuada.
En concreto, ambos tomaron las fotos desde el bosque de Valdenazar, en el núcleo urbano de Valdeluz, a apenas seis kilómetros de la capital, y en la misma ciudad de Guadalajara.
Este espectáculo visual es resultado de una actividad anómala del sol y siempre maravilla a todas las personas que lo pueden contemplar. El pasado mes de mayo se vivió otro episodio similar al de esta madrugada en varios lugares de Castilla-La Mancha.
En esta ocasión, el fenómeno lo ha provado una intensa tormenta solar de clase X que se registró el pasado miércoles en la superficie el astro X1.8. Esta perturbación provocó una notable eyección de masa coronal (CME, por sus siglas en inglés) que se dirigió hacia la Tierra.
¿Por qué se producen?
Las auroras boreales están causadas por el contacto de las partículas elementales e ionizadas procedentes del Sol con los gases de la atmósfera terrestre. Cuando este viento solar colisiona con el campo magnético de nuestro planeta, produce corrientes de estas partículas, que flotan hacia las zonas polares.
Algunos de estos iones quedan retenidos en la ionosfera, una de las capas de la atmósfera que abarca desde los 60 a 1.000 kilómetros de altitud, donde chocan con átomos de gas -sobre todo, oxígeno y nitrógeno- para 'excitarlos'. Esa excitación genera energía extra, que se libera en forma de partículas de luz o fotones, a las que en el hemisferio norte denominamos auroras boreales.
El color de las auroras indica en qué parte de la atmósfera terrestre y con qué gases se ha producido esa interacción.