Absuelta Susana Guerrero, la talaverana que se negó a entregar la custodia de su hija
La talaverana Susana Guerrero ha sido finalmente absuelta de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito tras una denuncia interpuesta por abusos sexuales contra el padre de su hija de 12 años -condenado en firme por violencia de género en 2008-, por la que se enfrentaba a una petición de dos años de cárcel por parte de la Fiscalía.
Según el fallo del juzgado, recogido por Europa Press, se absuelve igualmente a la madre biológica de la niña, Filomena Rodríguez, declarándose de oficio las costas procesales.
Fue el Juzgado de Instrucción número 1 de Talavera de la Reina (Toledo) quien iniciara nuevas diligencias previas contra Susana Guerrero, la madre talaverana que se negó a entregar la custodia de su hija, por un presunto delito de "denuncia falsa" contra el padre por supuestos abusos sexuales hacia la menor.
Se solicitaron diligencias previas, por procedimiento abreviado, por la denuncia presentada el 15 de marzo de 2013 contra el padre de la niña, tanto por parte de Susana Guerrero como por la madre biológica de ésta, Filomena Rodríguez.
Pedirá nuevas diligencias
La madre talaverana ha avanzado que va a pedir que se reabran diligencias de investigación por los presuntos abusos sufridos por su hija menor de edad por parte del padre, tras ser absuelta por el Juzgado de Instrucción número 1 de Talavera de la Reina (Toledo) de los delitos de denuncia falsa y simulación de delito.
En declaraciones a Europa Press, Susana Guerrero ha señalado que con esta sentencia de absolución tanto para ella como para la abuela biológica de la menor, Filomena Rodríguez, tras la denuncia del padre, condenado por violencia de género en 2008, se demuestra que los hechos que ha contado su hija "pueden ser ciertos", a pesar del archivo de la denuncia por el Juzgado de Instrucción número 3 de Talavera.
En la sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la jueza manifiesta que "no queda probado el conocimiento de las acusadas de la falsedad de la imputación", pues tuvieron conocimiento de los hechos por su nieta, en el caso de Filomena, y que "ella creyó a su nieta y se asustó, que llamó a la madre --Susana Guerrero-- y ésta le dijo que tenía que denunciar, pues ella no estaba en Talavera".
También refleja que Susana Guerrero asumió como suya la denuncia "habida cuenta de la gravedad de los hechos narrados por la menor mucho antes de que ésta se sometiera a la pericial psicológica que posteriormente dio lugar al archivo de la causa de manera provisional, al no parecer debidamente justificada la perpetración del delito".
Precisamente sobre la prueba pericial, la sentencia recoge que efectivamente dice que el testimonio de la menor "es inducido", pero en el juicio oral el perito concluyó que la niña repetía lo que la madre había exigido que dijera, "pero que no quería decir que la niña mintiera sobre los hechos". "Que no decía que la niña mintiera, si bien que contaba lo que la habían referido", precisa la jueza.
"No existe certeza absoluta"
A este respecto, matiza que el perito "hace que se cree cierta duda sobre la veracidad del testimonio de la menor", lo cual demuestra, según puntualiza en la sentencia, que "no existe una certeza absoluta para declarar la falsedad de la denuncia formulada por la abuela y la madre de la niña, lo que obliga a una sentencia absolutoria".
Por otra parte, la jueza concreta que no le corresponde efectuar valoración sobre los informes periciales sobre los abusos sexuales, sino "determinar si al momento de interponer la denuncia, se tuvo conocimiento de los hechos que la menor relató, aunque con posterioridad de dicha denuncia exista una pericial que niega la veracidad del relato de la menor, así como otras pruebas que viene a decir lo contrario a la pericial".
En la sentencia también queda reflejado que la denuncia de abusos hacia la menor, "no evidencia que responda a la intención de obtener la desestimación de las medidas solicitadas por el padre de modificación de medidas sobre la custodia", aun cuando reconoce la existencia de la conflictividad de las partes por "una contienda civil por la guarda y custodia de la menor" y por los procedimientos penales de denuncias cruzadas.
Por último, Susana Guerrero ha querido agradecer a la jueza "la empatía y el buen trato" que recibió la menor durante la declaración en el juicio, así como a los colectivos y organizaciones feministas, y a la sociedad, que le han apoyado en su lucha y la de su hija.