La Unidad de Insuficiencia Cardíaca del servicio de Cardiología del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, dependiente del Servicio de Salud de Castilla-La Mancha, ha recibido de la Sociedad Española de Cardiología la acreditación de excelente como unidad especializada de insuficiencia cardíaca. La doctora Carolina Robles Gamboa, responsable de la consulta especializada, ha indicado que esta unidad se puso en marcha en el año 2017 y desde entonces ha atendido a más de 300 pacientes con insuficiencia cardiaca.

Se centra en el seguimiento y tratamiento de personas que tiene la función cardiaca disminuida, lo que se conoce como FEVI por debajo de un 40 por ciento, ha informado la Junta en nota de prensa. La doctora Robles Gamboa ha explicado también que en la unidad se ajusta el tratamiento médico específico al paciente y se valora el implante de dispositivos (desfibriladores y terapia de resincronización cardiaca) con lo que se mejora la supervivencia y calidad de vida de las personas, a la vez que si está indicado se incluyen en el programa de Rehabilitación Cardíaca en Insuficiencia Cardíaca.

Personal específico

Además, la unidad cuenta con personal de enfermería específico, la enfermera María Ángeles Galán, que realiza educación sanitaria con estos pacientes para mejorar sus hábitos de vida, favorecer el autocuidado y mejorar los resultados clínicos. Para la doctora Robles, "con estas medidas conseguimos mejorar la supervivencia y disminuir los ingresos hospitalarios de los pacientes con insuficiencia cardíaca".

La insuficiencia cardíaca (IC) es una enfermedad que afecta a la capacidad del corazón para bombear la sangre al resto del cuerpo. Aparece como consecuencia de enfermedades del corazón, que progresivamente hacen que pierda la función cardíaca normal y también en muchos casos tras un infarto de miocardio. Actualmente, un 6,8 por ciento de la población española mayor de 45 años sufre insuficiencia cardíaca, lo que representa un total de 1.320.376 personas, y su incidencia aumenta con la edad llegando a afectar entre un 15 y un 20 por ciento de personas mayores de 85 años.