La doctora Alejandra Bustos, del servicio de Medicina Intensiva del Complejo Hospitalario Universitario de Toledo, ha participado en Etiopía en la formación de médicos de esta especialidad para aumentar la capacidad clínica de los facultativos de este país africano.
Según informa la Consejería de Sanidad, este programa forma parte de la Agencia para la Cooperación y Desarrollo (AECID), la Fundación Española para la Cooperación Internacional, Salud y Política Social del Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social para reforzar la cooperación en el sector de la salud entre los dos países, específicamente en la formación de médicos especialistas, y en el desarrollo de servicios esenciales especializados y quirúrgicos, a través del intercambio científico de conocimiento técnico, con el objetivo de avanzar hacia la cobertura de salud universal.
La doctora y cooperante, que ha desarrollado íntegramente su trabajo durante tres semanas en las UCI’s de los hospitales de Sant Paul y de Aabet en la capital etíope, Addis-Abeba, ha explicado que “lo que más se valora en el caso de formación sanitaria es la formación en servicio, es decir, el estar junto al profesional sanitario en el día a día, en cada una de las fases con el paciente, desde el diagnóstico al tratamiento, y el mantener discusiones clínicas tan necesarias para el desarrollo de nuestra ciencia”.
Para la doctora Bustos, “la Medicina Intensiva es una especialidad que precisa ciertamente de un desarrollo hospitalario determinado, al tratarse de una disciplina que requiere de una tecnología específica con una visión global del enfermo al entender al paciente como un conjunto de órganos y sistemas que están sin duda interrelacionados. Es ahí donde la visión de un intensivista contribuye a la evolución del paciente de forma muy positiva: se trata de priorizar el problema, de ver el conjunto, del diagnóstico rápido y la solución, si la hubiera, certera y de manera eficiente”.
A pleno rendimiento
La especialista ha indicado que “aunque a priori parece difícil que en un país como Etiopía se pueda plantear la presencia de Unidades de Cuidados Intensivos dada la situación de desarrollo del país, lo cierto es que las hay y están en pleno rendimiento con mayor o menor acierto”.
En Etiopía se está iniciando la formación especializada y, aunque ya cuenta con especialistas formados, lo que se está intentando es “armonizar” el currículum profesional a nivel nacional de las especialidades, ha explicado la doctora.
Alejandra Bustos ha resaltado que durante su estancia en la Unidad de Cuidados Intensivos, participó “de forma activa en la actividad clínica habitual, a través de las rondas que se realizaban a pie de cama del enfermo, junto a los residentes y lideradas por un médico senior del servicio. Las visitas clínicas se realizaban desde la mañana a primera hora, tras las de enfermería que acertadamente se realizaban a pie de cama por todos los enfermeros, y se prolongaban hasta el almuerzo”.
En ese periodo compartió con los facultativos los casos más complicados de cada paciente e impartió seminarios relacionados con la monitorización respiratoria mediante las curvas del ventilador, la sepsis y el código sepsis, y la monitorización del paciente neurocrítico.
En este sentido, ha indicado que le sorprendió “la nula importancia que muestran a la monitorización respiratoria, por lo que intenté que se fijaran, tanto médicos como profesionales de Enfermería, en la gran importancia que tiene la morfología y la gran ayuda, en cuanto al diagnóstico y tratamiento, que puede ofrecer una forma de curva determinada. Así, intentamos que los respiradores siempre estuvieran con la pantalla con los números y las curvas de presión, flujo y volumen”.
Cooperante
Alejandra Bustos, natural de Granada y que ahora reside en Toledo, lleva desde el inicio de su formación médica hace ya casi 20 años, colaborando en proyectos de cooperación en el ámbito sanitario con distintas organizaciones no gubernamentales así como como el Ministerio de Exteriores a través de su Agencia de Cooperación AECID y hHa trabajado en países tan diversos como Nicaragua, Costa Rica, Mozambique, Afganistán, Campamentos Saharauis en Argelia y Túnez desarrollando su labor colaborativa.