Una red de voluntarios de Toledo, que integran más de 40 personas, ha logrado evitar la muerte a más de un centenar de vencejos que han sido recogidos tras caer de sus nidos este verano, y que tras ser recuperados y cuidados por ellos han podido ser liberados en el medio natural.



La iniciativa, coordinada por la asociación Esparvel, surgió hace cuatro meses, cuando a finales de mes de marzo los responsables del Centro de Estudios de Rapaces Ibéricas de Sevilleja de la Jara (CERI), propusieron a los miembros de Esparvel organizar un grupo de personas para atender a los pollos de vencejos que cada temporada caen del nido y que, dado el alto número de casos que se da cada verano, no podrían ser tratados correctamente en este centro.



En el centro de recuperación solo se tratarían los casos que necesitaran una atención más especializada, mientras que el resto de ejemplares, podrían ser cuidados en los domicilios particulares de los voluntarios, después de que estos recibieran unos sencillos consejos de cómo tratar adecuadamente a los pollos de los vencejos, han explicado a Efe fuentes de esta organización.



Asimismo, han indicado que, tras cuatro intensos meses, la Red de Vencejos Toledo ha hecho un balance del trabajo realizado, que ha supuesto todo un éxito en cuanto a la recuperación de ejemplares tratados.



El proyecto ha contado con la colaboración de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que a través de Ángel Velascoofreció sus instalaciones como punto donde centralizar el reparto de la comida de los vencejos entre los voluntarios.



Estas aves, que se alimentan exclusivamente de insectos, tuvieron que ser alimentadas a base de tenebrios y grillos, lo que unió un proceso de hidratación y el empleo de complementos vitamínicos, les ha proporcionado la alimentación suficiente para alcanzar su madurez.



En la red de voluntariado han jugado también un papel fundamental los agentes medioambientales de la Junta de Comunidades, que fueron los encargados de trasladar los vencejos que era recogidos en distintos lugares de Toledo, e incluso en provincias limítrofes como Ciudad Real o Madrid.



El primero de los vencejos que llegó a la red lo hizo el 25 de junio y los voluntarios decidieron bautizarlo con el nombre de 'Calidad', pero tras él, y especialmente con la llegada de la ola de calor a finales del mes de junio, el número de vencejos recogidos se incrementó hasta alcanzar las 115 intervenciones.



La cría de estas aves, consideradas una viajeras intrépidas, ha permitido que a día de hoy se hayan podido liberar un total de 87 ejemplares, y aún quedan más de una decena cogiendo fuerzas para que puedan afrontar su primer y decisivo vuelo inicial.



Los miembros de Esparvel han asegurado que el trabajo ha sido sacrificado, pero, más aún ha sido "la gratificación que les ha proporcionado saber que cada vencejo que conseguía ser cuidado por un voluntario, era un vencejo al que se le daba una merecida segunda oportunidad de vivir".



Esparvel ha agradecido el esfuerzo realizado por el CERI para impulsar esta iniciativa, la aportación realizada por la Universidad de Castilla-La Mancha y los agentes medioambientales y, en especial, el trabajo de los voluntarios que ha hecho posible que esta iniciativa haya sido todo un éxito.