A.N., acusado de un presunto delito de robo con violencia y otro de agresión sexual en una vivienda de una localidad de la provincia de Toledo --no especificada para mantener el anonimato de las víctimas-- no ha reconocido su implicación en estos hechos, a pesar de que una muestra de ADN suya obtenida en Francia y otra hallada en una toalla en el lugar de los hechos son, según la Guardia Civil, "exactamente iguales".
Así lo ha afirmado en el juicio que ha tenido lugar este miércoles por estos hechos en la Audiencia Provincial de Toledo, que ha quedado visto para sentencia y en el que ha rehusado realizar más declaraciones. La Fiscalía pide un total de 19 años de cárcel para A.N., 14 por el delito de agresión sexual y cinco más por el de robo con violencia en casa habitada.
Sin embargo, su abogado defensor ha alegado que en el juicio no se ha llegado a la "conclusión inexorable" de que su defendido, único detenido de las cuatro personas que presuntamente participaron en los hechos, fuera quien consumara la agresión sexual contra una de las moradoras de la vivienda, añadiendo que si este delito decayera, el de robo también debería hacerlo por haber prescrito.
El abogado también ha explicado que la prueba de ADN obtenida en Francia y que coincide con otra muestra hallada en una toalla en el lugar de los hechos fue tomada sin respeto a las garantías legales, ya que se consiguió sin presencia de un letrado.
Sobre la primera de sus conclusiones, la de que no se puede demostrar que su defendido fuera el responsable de la agresión sexual, el letrado defensor ha hecho referencia a las "grandes lagunas de memoria" de la víctima de estos hechos --que se produjeron en el año 2007--, considerando que ni de su declaración ni de la de su pareja, presente en la casa durante el robo pero no durante la presunta agresión sexual, se puede concluir "quiénes eran las personas que habían perpetrado" esta agresión.
"Está claro que por el ADN el señor A.N. estaba en la casa ese día pero el problema es dónde estaba en la casa y si perpetró la agresión sexual. Con solo la frase que uno era más alto que el otro condenar a A.N. y descartar a los demás se coloca claramente a extramuros del canon de lógica", ha reafirmado.
En este sentido, ha sostenido que al acusado tampoco podría considerársele como coautor de este delito por considerarse una "desviación previsible" del delito original, el del robo con violencia, ya que "en un robo, por muy violento que sea, no entra la agresión sexual" dentro de esas desviaciones.
En cuanto a la prueba de ADN obtenida en Francia, el abogado defensor ha mantenido que la impugnó "tempestivamente" y que tanto la Fiscalía como la acusación particular han "guardado un silencio elocuente" sobre este aspecto.
En este punto, ha sostenido la tesis de que si decayera el delito de agresión sexual, debería hacerlo también el de robo con violencia por prescripción.
Por su parte, tanto la Físcalía como la acusación particular se han ratificado en sus conclusiones iniciales. A este respecto, la fiscal encargada del caso ha puesto de manifiesto que, en cuanto al delito de robo, todos los participantes "sabían que la vivienda estaba habitada" y que la familia que vivía en ella "tenía dinero", algo que demuestra, ha dicho, su "insistencia en encontrar la caja fuerte".
Extrema violencia
También ha considerado acredito el uso de la violencia sobre las víctimas, ya que golpearon a una de ellas "hasta tal punto que le hacen perder el conocimiento" y posteriormente, mientras buscaban objetos de valor y dinero por toda la casa, "siguen dando puñetazos y patadas".
En cuanto a la agresión sexual, ha apuntado que la víctima "ha concretado bastante" en su declaración, destacando que una de las personas que la llevó a cabo "era el más alto" de los participantes --el acusado mide 1,84 metros--.
Además, a diferencia del abogado defensor, la fiscal sí ha considerado que el acusado se vería afectado por el principio de imputación recíproca, ya que "todas las personas que participaron son culpables tanto del robo con violencia como de la agresión sexual".
Mientras, el abogado de la acusación particular ha insistido en que es el ADN el que sitúa a A.N. en el escenario de los hechos, considerando que el hecho de que la defensa no pidiera una nueva obtención de muestras de ADN a pesar de considerar que la ya existente no era válida supone "una autoinculpación implícita" de A.N.
Previamente a la exposición de las conclusiones de las partes han tenido lugar las declaraciones de las víctimas, que han declarado detrás de un biombo, y diversos agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación de los hechos.
Tapados y armados
En primer lugar, la víctima de la agresión sexual ha declarado que no pudo ver la cara de los cuatro hombres, ya que "iban tapados" e iban armados "con un destornillador y tijeras", detallando también que "uno destacaba sobre los otros" porque "era más alto". Además, ha comentado que en un momento de los hechos a uno de los atracadores se le cayó el pañuelo con el que se tapaba el rostro, por lo que se puso una toalla en la cara.
Del mismo modo, ha expuesto que en primer lugar, los ladrones despertaron a ella y a su marido, que se encontraban en la cama, y les quitaron los relojes, haciéndolos pasar después al cuarto de baño, donde golpearon a su marido y los maniataron.
Después, ha relatado cómo los atracadores les hicieron recorrer la casa preguntando "dónde estaba la caja fuerte" y ellos les entregaron una cantidad cercana a los 2.000 euros que guardaban en la vivienda, tras lo que bajaron al garaje y, posteriormente, volvieron a subir.
Tras ello, ha contado que dos de los ladrones se quedaron en la parte de arriba de la casa con su marido, mientras que los otros dos volvieron a bajar con ella, momento en el que le hicieron "tocamientos" y posteriormente consumaron la agresión sexual. Finalmente, ha expuesto que los presuntos responsables del robo encerraron a la pareja y a su hijo en el cuarto de baño y se marcharon.
Mientras, la otra víctima y marido de la anterior, ha contado su versión de los hechos, reconociendo que uno de los atracadores le propinó "un puñetazo por detrás" y explicando que, en el momento en que ambas víctimas se separaron, el más alto --quien las acusaciones consideran que era el acusado-- no se quedó con él aunque ha reconocido no saber si se quedó en otro punto de la casa o bajó con su mujer el garage donde se produjo la agresión sexual.
También han declarado diferentes agentes de la Guardia Civil que participaron en la investigación y dos peritos, que han afirmado que el cuadro de "ansiedad, llanto y pesadillas" de la víctima coincide con "un suceso vital de gran importancia" como una agresión sexual".
De su lado, dos de los agentes de la Guardia Civil que han declarado por videoconferencia en el juicio han descrito el informe que hicieron sobre los hechos, en el que incluyen que la muestra de ADN proveniente de Francia de A.N. y la de la toalla son "exactamente iguales".