Este lunes ha sido incinerado en Madrid el cuerpo del fallecido Carlos Falcó, marqués de Griñón, muerto a causa del contagio del coronavirus. Sus hijos trasladarán esta tarde las cenizas a Malpica, localidad toledana en la que quería ser enterrado.
Solo dos personas podían recoger sus cenizas, y lo harán dos de sus hijos.El marqués de Griñón,hombre de mundo, sociable y familiar, y muy ligado a Toledo y Castilla-La Mancha, no ha tenido velatorio ni despedidaen la que pudieran participar sus hijos o su hermano Fernando, marqués de Cubas, también delicado de salud, aunque no por coronavirus.
Aldara,la menor y la última que nació de su matrimonio conFátima de la Cierva,estaba esta semana en Viena, donde estudia una carrera de Ciencias en la Universidad de la capital austriaca.Finalmente pudo llegar a España hace dos días y reunirse con su madre y su hermano Duarte,en la finca familiar de sus parientes maternos en Talavera de la Reina. Pero no pudo ver a su padre vivo ni despedirse cuando todo estaba perdido.
Por el momento depositarán sus cenizas en la finca familiar de Malpica y cuando acabe la crisis sanitaria del coronavirus harán un funeral en Madrid.