El equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de Toledo ha ahorrado un total de 5.000 euros en el mes de abril haciendo "hibernar" la iluminación artística del Casco Histórico de la ciudad, que en tiempos previos al COVID-19 ensalzaba el patrimonio monumental y potenciaba la imagen nocturna de la capital regional.
Y es que, desde que se decretara el estado de alarma, los focos que destacaban la belleza de diversos monumentos toledanos se han apagado a fin de ahorrar, a pesar de contar un sistema de iluminación eficiente y sostenible.
Este apagón afecta al Circo Romano, a tres tramos de Muralla -la de la Puerta Nueva-Bisagra, Bisagra-Escaleras Mecánicas y Escaleras-Cambrón-; a las puertas de Bisagra, Alfonso VI, del Cambrón y del Sol; así como las riberas del Tajo y la Delegación de Gobierno (Zocodover), según han informado fuentes municipales a Europa Press.
También se ha sumido en la oscuridad el Alcázar; el Puente y Puerta de Alcántara; el Castillo de San Servando; el Puente de San Martín; el antiguo convento de San Gil, sede actual de las Cortes de Castilla-La Mancha; la muralla y torreón del Baño de la Cava; San Juan de los Reyes; el Palacio de Fuensalida; el Ayuntamiento; la Catedral, las iglesias de los Jesuitas y de San Sebastián, así como las proyecciones del barrio de La Judería.
De momento, el equipo de Gobierno no ha apretado el botón de encendido de estos monumentos, con el que en otros tiempos potenciaba la imagen nocturna de la capital regional, fomentando las pernoctaciones e impulsando el sector turístico.
Junto a la iluminación artística, el Consistorio toledano también ha ahorrado 700 euros en la iluminación del Parque de las Tres Culturas; 3.000 euros en el funcionamiento de las fuentes de la ciudad; otros tantos en el de las escaleras mecánicas y 10.000 euros en el gasto eléctrico de los colegios.