La Guardia Civil ha detenido a tres personas y ha investigado ha otras 37 por su presunta implicación en la organización y participación de peleas clandestinas de gallos, consideradas como "maltrato animal" dentro de los delitos contra la flora, fauna y animales domésticos, que se celebraban en una cabaña insalubre construida al efecto en la localidad cacereña de Valdehúncar, donde se reunían decenas de personas procedentes de distintos puntos del país, como Toledo, incluso durante el estado de alarma para hacer apuestas ilegales.
La operación Peteinos ha permitido el rescate de 44 gallos, 16 de los cuales presentaban heridas de diversa consideración, habiendo fallecido uno a consecuencia de los traumatismos que presentaba, según ha informado la Guardia Civil en nota de prensa.
En este lugar situado en una parcela rústica alejada de núcleos habitados se organizaban multitudinarias timbas con peleas de gallos con apuestas ilegales. Los combates entre las aves se desarrollaban dentro de un recinto, acondicionado a modo de cabaña, construido con "materiales de desecho y de mala calidad que carecía de condiciones de salubridad", contando con infraestructuras tales como gradas, galleras, así como un círculo cerrado que servía de "ring", donde se disputaban las peleas, a las que asistían un número aproximado de entre 60 y 80 personas.
De las investigaciones realizadas por los agentes, se ha podido constatar que se habrían desplazado participantes procedentes de distinto puntos de Madrid, Toledo y Valladolid hasta la localidad de Valdehúncar (Cáceres). Las apuestas provenían tanto de los dueños de las aves como de los espectadores y de los propios organizadores del espectáculo.
Continuando con las investigaciones, y tras constatarse la inminente celebración de una sesión de combates a la que se esperaba que acudiesen un gran número de personas, la Guardia Civil desplegó un dispositivo para impedir las peleas y detener a los implicados y rescatar a los animales.
Además, se procedió a la incautación de más de 14.000 euros procedentes de las apuestas clandestinas, 19 transportines para el traslado de las aves, medicamentos de uso veterinario, inyectables, complementos vitamínicos para promover la actividad y la oxigenación muscular, retardantes del cansancio y la fatiga, estimulantes del apetito y crecimiento corporal, diversos utensilios como cuchillas para la amputación de las crestas y espuelas, limas para el aguzado de las uñas y escantillones de aluminio para medir la longitud de la pulla o espolón del gallo.
Asimismo, se intervinieron varias dosis de sustancias estupefacientes, armas blancas y una libreta con múltiples anotaciones relacionadas con la celebración de este tipo de espectáculos no autorizados.
Cabe destacar que entre el público que presenciaba los combates de los animales, se encontraban varios menores de edad, circunstancia que constituye una agravante en la imposición de las penas previstas en el Código Penal por la comisión de este tipo de hechos delictivos.
Apuestas en el ring
En este tipo de contiendas clandestinas, los animales son enfrentados uno contra otro, durante un tramo de tiempo determinado en un "ring" fabricado en el interior del denominado "tentadero".
El ambiente generado por la presencia de público, condiciona intensamente a los gallos participantes y provoca una gran agresividad entre las aves, acabando la mayoría de ellas con graves heridas y secuelas como la pérdida de visión o la muerte de los contendientes. Para potenciar esa agresividad les amputaban las crestas y les administraban sustancias para agravar su carácter violento y su disposición a combatir durante las peleas.
Los detenidos e investigados, han sido propuestos para sanción administrativa por el hecho de cruzar apuestas ilegales en las que se jugaban elevadas sumas de dinero entre las personas que se encontraban en el interior del local apostando y presenciando los combates de los animales.
La totalidad de los participantes han sido denunciados igualmente por vulnerar los preceptos del Real Decreto 463/2020 por el que se declara el estado de alarma para la gestión de la situación de crisis sanitaria ocasionada por el COVID-19, por realizar desplazamientos desautorizados fuera de los respectivos límites provinciales y por no adoptar las medidas de seguridad y protección al ir desprovistos de mascarillas y no respetar las medidas de distanciamiento social.
Los gallos recuperados han sido trasladados hasta las instalaciones de una Asociación Protectora, donde serán atendidos por facultativos veterinarios de las lesiones que presentan.
La operación ha sido desarrollada por el Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) de la Guardia Civil de la Comandancia de Cáceres, apoyados por Unidades de Seguridad Ciudadana de las Compañías de Trujillo y Navalmoral de la Mata, así como agentes del Equipo ROCA y personal del Área de Investigación de esta última localidad.
Las diligencias serán entregadas en el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Guardia de Navalmoral de la Mata (Cáceres) y en la Fiscalía Provincial de Medio Ambiente de Cáceres.