El origen del incendio que afectó a las localidades madrileñas de Cadalso de los Vidrios, Cenicientos y Las Rozas de Puerto Real podría esclarecerse un año después, ya que la Guardia Civil ha recogido nuevas pruebas sobre el terreno y está a la espera de los resultados de sus análisis en el laboratorio.
Este incendio, uno de los mayores registrados en la Comunidad de Madrid, comenzó el 28 de junio de 2019 en la localidad de Almorox, en Toledo, y quemó 2.183 hectáreas, 1.712 de ellas de gran valor ecológico, en las localidades madrileñas de Cenicientos, Cadalso de los Vidrios y Rozas de Puerto Real.
Un mes después, el juzgado número 4 de Torrijos (Toledo) decretó el sobreseimiento provisional de la causa ya que un primer informe de la Guardia Civil apuntaba que el origen de las llamas fue accidental.
Sin embargo, el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil de la Comandancia de Toledo ha recogido recientemente nuevas pruebas sobre el terreno y está a la espera de los resultados de sus análisis en el laboratorio.
Unos resultados que se conocerán en aproximadamente tres semanas y podrían determinar el material que se quemó en primer lugar y fue el detonante de las llamas, según informan a Efe fuentes del instituto armado.
Por el camino hay diferentes teorías que van desde el impacto de una manta eléctrica de un vehículo con una torre de alta tensión por el fuerte viento o el cortocircuito provocado por un globo de helio.
Los terrenos afectados tienen un alto valor natural y están dentro de los espacios protegidos por la Red Natura 2000 Zona de Especial Conservación 'Cuencas de los ríos Alberche y Cofio' y Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA) 'Encinares del río Alberche y río Cofio'.
Para minimizar los daños de la catástrofe natural, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad de Madrid ha hecho hasta el momento más de un millar de actuaciones de revisión, limpieza y adecuación del terreno forestal, así como de suministro de alimento y agua para los animales que permanecen en la zona.
En primer lugar, los técnicos realizaron labores de apeo de vegetación en las zonas adyacentes a caminos y carreteras para minimizar los riesgos de caída.
También, en uno de los montes de la zona de Cadalso de los Vidrios se han sembrado ejemplares de pino piñonero, Pinus pinea, con acolchado de paja para favorecer la germinación, según informan a Efe fuentes del Gobierno regional.
Además, la Comunidad de Madrid ha arreglado varios tramos de pistas forestales y caminos, deteriorados por los trabajos de extinción y de restauración del incendio.
El regenerado natural de la masa forestal será clave para analizar la respuesta del reino vegetal a la catástrofe y proporcionará abundante información con vistas a los trabajos futuros de repoblación y recuperación ecológica y paisajística.
Otro de los factores importantes es la recuperación de la fauna silvestre, con especial atención a las poblaciones perjudicadas de anfibios y reptiles.
Para ellas, se han repartido más de 20.000 kilos de cereales (avena en rama, alfalfa, maíz, trigo y al mineral) y 9.000 litros de agua, en Cadalso de los Vidrios, Rozas de Puerto Real y Cenicientos, en 42 comederos y 20 bebederos de hormigón.
También se ha prestado especial atención al entorno de la Presa de Cenicientos, en cuya galería interior existía una colonia de murciélagos de herradura.
Aunque aún queda mucho por recuperar, con el paso de los días ya se empiezan a observar brotes verdes como síntomas de regeneración de la biodiversidad en la zona.
La alcaldesa de Cenicientos, Natalia Núñez, destaca en declaraciones a Efe la dureza de una catástrofe natural de estas dimensiones “cuyas consecuencias van a sufrir incluso nuestros nietos”, lamenta.
A efectos ecológicos, explica, Cenicientos ha sido la más perjudicada porque se quemó más del 70 % del monte de utilidad pública.
La alcaldesa considera que la recuperación del terreno afectado va “más lenta de lo que esperábamos": "Estamos deseando que acaben las labores de limpieza de la Comunidad de Madrid y dejar a la naturaleza tranquila para ver cómo se comporta todo”.
Por su parte, la alcaldesa de Cadalso de los Vidrios, Verónica María Muñoz Villalba, cuenta que “poquito a poquito” nota cómo el monte se va regenerando porque “la naturaleza es muy sabia”.
Sin embargo, reconoce a Efe que siguen muy preocupados porque el incendio ha pasado, pero ha llegado la crisis de la COVID y todo el trabajo que han ido planificando durante estos meses se ha frenado con el confinamiento.
Para prevenir posibles sucesos de este tipo, las Comunidades de Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León han firmaron el viernes pasado un acuerdo para reforzar la coordinación en la prevención y extinción de incendios forestales en las zonas limítrofes de las tres regiones.