El acuerdo entre la FEMP y el Gobierno sobre los remanentes de tesorería de los ayuntamientos ha hecho saltar por los aires el municipalismo. Aprobado con los únicos votos a favor de los representantes socialistas (incluso fue necesario el voto de calidad del presidente Abel Caballero para deshacer el empate), han sido multitud de regidores municipales de diferentes signo político los que han puesto el grito en el cielo por un acuerdo que les obliga a entregar sus ahorros.
En Castilla-La Mancha, una de las voces más críticas ha sido la de Marina García, alcaldesa de Menasalbas. En una intervención en el programa El Cascabel de 13 TV, García tildaba de "robo" y "atraco a mano armada" este acuerdo.
Por ello, aseguraba que su Consistorio no iba a entregar un dinero que "tiene que emplearse en necesidades del pueblo como asfaltar calles."
Marina García no ha sido la única en mostrar su disconformidad en las últimas horas con este asunto. La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, también se ha negado a entregar el supéravit acumulado en las arcas de la ciudad condal.