El presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, ha avanzado que en las próximas dos o tres semanas tiene la intención de presentar lo que serán las hojas de ruta y los cronogramas de las mudanzas que están por venir para ocupar tanto el nuevo hospital de Toledo como la parte nueva del hospital de Guadalajara, traslados que en todo caso se harán siempre "supeditados" a la situación sanitaria derivada del coronavirus.
Así lo ha puesto de manifiesto en una comparecencia de prensa tras mantener una reunión en el Palacio del Infantado con el alcalde de Guadalajara, Alberto Rojo, una cita en la que ha dicho que la obra en el centro hospitalario de Guadalajara dará a la ciudad "una autonomía del 99% respecto a cualquier actividad sanitaria".
"Ahora vamos a tener aquí todo lo que parecía que teníamos que mendigar fuera. Hemos aprovechado el tiempo para mejorar en mucho los servicios que prestará. La carcasa, los ladrillos, las ventanas y el personal son algo que vale mucho, pero lo demás también", ha aseverado.
El hospital va "a un ritmo extraordinario" y el compromiso es que en ese plazo de tres semanas se cierre con el Ayuntamiento "una perfecta coordinación de todos los servicios sociales", lo que también quiere hacer en Toledo.
Eso sí, ha avisado de que una mudanza "no se hace de un día para otro y hay que hacerla con previsión, poco a poco, servicio a servicio", y siempre, en todo caso, "supeditando todos los calendarios a lo que pase con el virus".
"No vamos a acometer la temeridad de parar un hospital para hacer una mudanza. Solo cuando nos veamos despejados lo podremos hacer en condiciones. Lo demás es temerario", ha avisado García-Page.