El Ayuntamiento de Numancia de la Sagra (Toledo) ha vuelto a alertar sobre los vertidos industriales que se están realizando al arroyo Gansarinos a su paso por la localidad.
Juan Carlos Sánchez, alcalde de Numancia, ha denunciado esta situación ante el Seprona y la Guardia Civil de Illescas, solicitando que se tomen las medidas oportunas para que investigue de dónde llegan estos vertidos y que no se produzcan más.
El arroyo Gansarinos, conocido también en la zona como arroyo de Illescas, recibe algunos vertidos no autorizados de polígonos industriales del pueblos de alrededor que provocan, entre otras cosas, la contaminación del agua, proliferación de insectos, malos olores y problemas de salubridad.
"Los vertidos no autorizados son un problema de salubridad para los vecinos de la zona, para los niños que acuden a la guardería o juegan en el parque. No tienen por qué soportar los vertidos no autorizados de algunas empresas", asegura el alcalde, recordando queel arroyo pasa cerca de la escuela infantil, del instituto, de un colegio, una zona de viviendas, de la zona polideportiva, de un parque público y de un pinar.
Los vertidos contaminantes no son algo nuevo
Los vertidos ilegales suponen un problema de contaminación que se ha producido en años anteriores en Numancia. El alcalde Juan Carlos Sánchez ya lo denunció en diciembre de 2014, cuando era primer teniente de alcalde. En aquella ocasión se reunió con Miguel Antolín, presidente de la Confederación Hidrográfica del Tajo, para buscar soluciones.
Pero siete años después de aquella reunión el problema ha vuelto a producirse. "Los vecinos y el Ayuntamiento estamos hartos de que no nos hagan caso. El agua del arroyo esta turbia y de color azul por los vertidos químicos. Si no nos dan solución lo pondremos en manos de la justicia”, asegura el alcalde del municipio.
El Ayuntamiento de Numancia de la Sagra, con la ayuda de los técnicos de la Mancomunidad de la Sagra Alta, ha preparado un informe para denunciar esta situación. Exige que la Confederación Hidrográfica del Tajo asuma su responsabilidad y vigile la zona, realizando las correspondientes inspecciones de vertido e incoando los expedientes sancionadores a los que pudiere dar lugar.
Los vertidos contaminantes al arroyo Gansarinos suponen un riesgo sanitario y ponen en peligro el ecosistema de la zona. En los últimos años se está viendo como se está degradando la naturaleza y los patos que vivían en el arroyo han muerto, aseguran desde el Ayuntamiento.