Almonacid de Toledo, un pequeño pueblo de la provincia que lleva en su nombre y muy cercano a la capital, está viviendo una inesperada situación ante una inminente ola de okupaciones. El pasado lunes por la tarde, la alcaldesa, María Almudena González, recibió una llamada en la que le comentaron que estaban intentando forzar la entrada a un piso del municipio. Afirma que “cuando llegó la Guardia Civil, estaban dentro y habían cambiado la cerradura. No pudieron hacer nada”.
En la zona, había más viviendas vacías, “por lo que era evidente” que podría haber más okupaciones, por el “efecto llamada”. Y así fue. Acto seguido, en los siguientes días, más okupas entraron para quedarse en más viviendas del mismo bloque, situado en la calle Valcárcel.
“Tengo mucha impotencia porque estoy atada de pies y manos ante esta situación. Legalmente, no puedo hacer nada”, lamenta la alcaldesa. Además, afirma que, según la Guardia Civil, “los okupas son de etnia gitana y vienen de Castellón”.
En cuanto a las viviendas okupadas, María Almudena ha comentado que son un total de cuatro. Dos de ellas son propiedad de entidades bancarias y su inmobiliaria ya tenía compradores, que han preferido retirar su interés, pese a perder la fianza. Cree, no obstante, que las restantes son de particulares, “hecho más favorable porque reclamarían las viviendas de otra manera y podrían poner una demanda”.
“Estamos pillados de pies y manos. Los vecinos de la zona tienen miedo a dejar su casa sola para ir al trabajo o a la compra. Es un problema que nos está superando y la Delegación de Gobierno todavía no ha contestado”, asegura la alcaldesa. Además, ha afirmado que lo único que puede hacer es negar la conexión al suministro de agua si lo solicitan, ya que no existía antes de la okupación.
Temor generalizado
En el mismo sentido, María Almudena ha destacado que los vecinos de otro bloque de viviendas, con algunas habitadas, han optado por formar patrullas vecinales para hacer guardia y prevenir okupaciones de los domicilios vacíos.
“El administrador de la finca me ha dicho que están valorando, incluso, contratar seguridad privada. Yo he contactado con la Guardia Civil, pero no hay efectivos suficientes para vigilar la zona continuamente”, expresa.
El miedo se está adueñando de la localidad. La primera edil, incluso, está advertida por las autoridades, que le recomiendan no acercarse a la zona okupada, “por si hay represalias”.
“Almonacid es un pueblo muy tranquilo con una vida muy pacífica. Estábamos en crecimiento y esto nos va a venir fatal. Temo por la seguridad de mis vecinos”, concluye María Almudena.