Cobisa, Argés, Polán y Guadamur son, junto a Toledo capital, la zona cero de la DANA que este miércoles ha sacudido buena parte de Castilla-La Mancha. Pasadas las 15:00 horas, el cielo descargaba una brutal tromba de agua como no se recordaba y que ha dejado un panorama desolador. Calles convertidas en ríos de lodo que arrastraban todo a su paso, incluidos los muros de algunas viviendas cuyos moradores veían como el agua se llevaba todo a su paso, dibujaban una estampa en la que por suerte no se han producido daños personales.
Uno de los municipios más afectados ha sido Cobisa. Desde primeras horas de la mañana, vecinos y miembros del Infocam (Servicio de Prevención y Extinción de Incendios Forestales) se afanan para achicar agua de las viviendas y limpiar las calles del municipio más afectadas. Organizando todas estas tareas se encuentra Félix Ortega, alcalde del municipio, quien reconoce a EL DIGITAL CLM que la imagen es "devastadora."
"El agua ha arrasado con todo. Ha entrado en muchas viviendas y se ha llevado por delante muros, muebles y los enseres de muchas familias," asegura.
La situación era tal en la tarde de este miércoles que incluso habilitaron una instalación municipal para albergar a las familias que no podían quedarse en sus casas. Sin embargo, según explica Ortega, "los afectados han podido acoplarse en casas de familiares o conocidos y no ha hecho falta utilizarla."
Ahora, la prioridad es, además de achicar el agua en las viviendas afectadas, limpiar de obstáculos las calles más afectadas y que son las más próximas al cauce del arroyo de La Degollada, arroyo que vierte sus aguas directamente al Tajo en Toledo capital. "Todavía hay algunas calles cortadas en las que estamos trabajando para retirar los obstáculos, sobre todo vehículos y ramas," explica el alcalde.
La plaza y las zonas deportivas, las más afectadas en Argés
Una situación similar se vive en la localidad vecina de Argés. Allí, los problemas se han concentrado en la zona de la plaza y los aledaños, por donde discurre el antiguo cauce de un arroyo. Elena Gómez, miembro del ayuntamiento explica que "hace unos años, una tormenta también produjo problemas y acometimos una potente infraestructura de colectores e imbornales para drenar el agua."
Sin embargo, reconoce que "en una situación así, en la que en pocos minutos el cielo descarga tal cantidad de agua, no ha dado abasto."
Aquí, los daños se han concentrado en locales comerciales, sótanos, garajes y sobre todo en vehículos aparcados en la zona de escorrentía de la calle México y la avenida del campo de fútbol. "La fuerza del agua comenzó a arrastrar coches hasta que encontró su salida natural," añade.
Las infraestructuras municipales tampoco escaparon a la riada. Los muros del campo de fútbol fueron engullidos por el agua y la piscina municipal también ha sufrido numerosos daños.
El alcalde Jesús Guerrero describe una imagen dantesca. "Los muros del campo de fútbol hicieron presa hasta un nivel de metro y medio, y cuando cedieron, se llevaron todo por delante," afirma.
El propio Ayuntamiento tampoco escapó a la violencia del agua. Los bajos del edificio, donde se sitúa una entidad financiera, un restaurante y una tienda de comestibles, también se han visto afectadas, al igual que un sótano que sirve de archivo para el Consistorio.
"Comenzamos a achicar agua con los bomberos a las ocho de la tarde de ayer y han terminado a las nueve de la mañana de hoy. Esta madrugada, cuanto más agua sacábamos, más manaba," sostiene Guerrero.
En sus treinta años como primer edil de la localidad, reconoce que nunca había visto algo parecido. "En 2008 también hubo una tormenta bastante fuerte, pero nada que ver con esto. Ver a tus vecinos intentar salvar muebles y neveras, es desolador," añadía.
En Polán, el arroyo repleto de coches
Los vecinos de Polán más afectados son los que tienen sus viviendas cerca del arroyo. Algunas, pese a estar a treinta metros del cauce, vieron como el agua llegaba hasta el metro y medio de altura.
"Habrá cuarenta casas afectadas y más de veinte coches destrozados," afirma el alcalde Pedro Cano. "La gente se acerca a ti y el panorama es para echarse a llorar. Algunas familias se han quedado sin muebles y otras han perdido hasta tres coches."
Precisamente, en ese arroyo ahora mismo se centran los esfuerzos para retirar los coches arrastrados por la corriente y que están apilados entre barro y ramas.
Esta DANA, llega además en un año especialmente duro. "En invierno, Filomena fue un palo duro para el campo, pero esta riada deja un daño económico difícil de afrontar," añade Cano.
Solidaridad en Guadamur
Por último, en Guadamur la alcaldesa Sagrario Gutiérrez atiende a EL DIGITAL desde la primera línea. Junto a miembros del INFOCAM, servicios de limpieza del ayuntamiento y voluntarios (muchos incluso han llegado de localidades cercanas como Gálvez para echar una mano), coordina la limpieza de la calle principal de la localidad (calle Río) y una paralela, que fue por donde se produjo la riada.
En esta localidad, la fotografía de este día después muestra garajes inundados, aceras y pavimento levantados por la fuerza del agua y coches arrastrados hasta el arroyo. Entre ellos, el de la propia alcaldesa y su marido.
"La imagen es desoladora. Todo está lleno de barro y todavía queda mucho trabajo por hacer," explica brevemente Gutiérrez.
Cuatro localidades que muestran cuatro estampas de la destrucción que puede causar la naturaleza y que ya han comenzado a cuantificar daños para pedir ser declaradas Zona Catastrófica.
Durante la mañana este jueves, tras participar en la reunión del comité asesor del Meteocam, el presidente de Castilla-La Mancha Emiliano García-Page ha visitado algunas de las zonas más afectadas.