Únicas, personalizadas y cien por cien españolas. Así son las creaciones de Yanes, una de las joyerías más prestigiosas de nuestro país que, con 160 años de historia, todavía hoy conserva el estilo y la calidad heredados de su fundador, Claudio Yanes. La firma, ahora en manos de la quinta generación, nunca ha abandonado el espíritu ni la filosofía de sus antecesores: "El compromiso de firmar una joya obliga a que el tiempo no pase por ella". Un lema que ha seguido al pie de la letra desde sus orígenes y que le ha llevado a convertirse en la marca favorita de reconocidas personalidades, entre ellas la Reina Letizia.
Fue Claudio Yanes, nacido en 1807 en San Martín de Pusa (Toledo), el impulsor de la firma. Descendiente de familia judía y artesanos de la cerámica, vivió en Malpica de Tajo durante 32 años, donde ejerció como profesor hasta que en 1858 nació su vocación como orfebre tras el descubrimiento del Tesoro de Guarrazar, un impresionante conjunto de joyas de época visigoda en los que se inspiró para crear bocetos, cartones y trabajos que aún se conservan. Entre el gran legado que dejó, se encuentra la famosa colección 'Malpica' que tanto éxito tuvo y que hoy en día sigue siendo una de las más vendidas de Yanes.
Encargos para la boda de Alfonso XIII y Victoria Eugenia
Cuando Claudio estaba a punto de fallecer dejó todo a la voluntad de su mujer y sus hijos, a los que encomendó abrir una joyería en Madrid que vio la luz en 1881. Sin embargo, no fue hasta 1906, con motivo de la boda de los Reyes Alfonso XIII y Victoria Eugenia, cuando la marca empezó a ganar popularidad. "En aquella época no éramos importantes, pero los diseños que teníamos eran significativos, distintos y muy bonitos, lo que hizo que muchos invitados de alto prestigio nos compraran joyas para regalar a los Reyes. A partir de ahí empezamos a destacar", relata Jesús Yanes, presidente honorífico de la marca y bisnieto del fundador.
La tercera generación, presidida por Esteban Yanes, se incorporó al negocio en 1914 y consiguió revolucionar la joyería. Aunque el joven siguió con los cánones tradicionales y la filosofía de su padre y abuelo, comenzó a atreverse con nuevas tendencias que dieron origen a la colección 'Alhambra', la cual ha ido evolucionando para convertirse en una de las más vendidas en los últimos 20 años. Durante esa época, Esteban enseñó el oficio a su hijo Jesús, que en los 70 tomó el relevo junto a su esposa Manuela aportando una nueva versión de la joyería moderna.
Contacto con la Casa Real
"Manuela fue fiel en todo momento a la colección de Yanes formando parte de un carácter y una imagen identificada con el diseño de la mujer", cuenta con orgullo Jesús. Ambos abrieron el primer establecimiento en el barrio de Salamanca de la capital y crearon miles de piezas exclusivas para la clientela más exigente. Además, como reconocimiento a su prestigio y calidad en el trabajo, recibieron como encargo reproducir las piezas más importantes de la colección de plata del Palacio Real de Madrid. "Creamos 40 piezas únicas que dieron la vuelta al mundo", señala.
A partir de ese momento, el matrimonio empezó a mantener un contacto muy directo con Doña Sofía y Don Juan Carlos. "Les reformamos muchas joyas y les regalamos pequeños detalles de la empresa", comenta Jesús Yanes, a quien también llegó a encargar algunos prototipos la Casa Real británica.
Finalmente, en los 80 tomó el relevo de la joyería la quinta generación, formada por Marian, Cristina, Jesús, Juan, y Luis. Motivados por la necesidad de expandir la marca con el cambio de siglo y acercar la firma a un público más joven, lanzaron la línea Yanes Young. Sin embargo, a pesar de sus innovaciones, el objetivo siempre ha sido conservar el estilo, la personalidad y el carisma heredado de sus antecesores. En la actualidad son Cristina, Juan y Luis Yanes quienes ostentan la continuidad generacional de la marca.
Cada generación conserva una pieza exclusiva
Todas las generaciones de Yanes han puesto en marcha diferentes innovaciones y tendencias. Por ello, cada una de ellas conserva una joya exclusiva como patrimonio familiar. De la primera perduran los broches 'Belle Époque'; de la segunda, la pulsera 'Seven Roses'; de la tercera, el barazalete 'Alhambra'; de la cuarta, la tiara de diamanetes 'Nueve Rosas' -creada para ser lucida por todas las novias de la familia-, y de la quinta, una gargantilla con 137 gemas de diferente naturaleza diseñada por Cristina Yanes.
No obstante, a pesar de que los diseños han evolucionado, la artesanía y el mimo en la elaboración de cada pieza siguen siendo fundamentales. Así, el proceso de producción cuenta con varias fases: diseño, elección de la técnica y la materia prima, selección de la piedra, fundición, esmaltado, grabado, pulido y punzonado. Un largo proceso con el que se pretende conservar el estilo de estas joyas, únicas en todo el mundo.
Llevar el nombre de Claudio a lo más alto
Este año, la joyería ha cumplido 160 años y la familia Yanes tiene claro su objetivo: que el nombre de Claudio Yanes sea reconocido en Castilla-La Mancha -su comunidad natal- y en todo el país. "Diseñó un producto que hoy está en muchos sitios y se merece destacar. Vale la pena que lo haga por toda la historia que tiene detrás", resalta Jesús Yanes, que acaba de inaugurar la obra 'Arte de Amar' en la Universidad de Castilla-La Mancha para rendir homenaje a su bisabuelo.
Esta exposición, que prentede resaltar la diversas maneras de amar, se ha complementado con los poemas del poeta toledano, miembro de la Real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo y de la Cofradía Internacional de Investigadores, José María Gómez Gómez. El resultado ha sido un exquisito abrazo entre obras de alta joyería y culta poesía intelectual.
"Mi padre me transmitió durante años la importancia de la mujer y del amor entre parejas, una serie de mandamientos que tenía que imprimir en las joyas de Yanes", cuenta el joyero, que califica esta obra como su "gran ilusión".