La localidad toledana de Ocaña está conmocionada por la muerte en Paraguay de su vecino Alejandro Lamela. El joven de 20 años de edad sufrió una fuerte caída el pasado día 5 de enero y, pese al esfuerzo de los médicos que le han atendido durante los últimos días en el país sudamericano para salvarle la vida, acabó falleciendo este domingo.
La familia de la víctima, que había solicitado ayuda económica para poder costear el tratamiento hospitalario, ha confirmado la muerte del joven, que en las próximas horas va a ser incinerado.
De hecho, está previsto que el propio padre de Álex, que se encuentra en Paraguay velando el cuerpo de su hijo, vuele hacia España con los restos mortales durante la noche del lunes al martes.
Un viaje por amor
La madre de la víctima, Ana Belén Martínez, que regenta una conocida tienda de moda en Ocaña, ha explicado a este periódico que su hijo se encontraba en Paraguay desde el pasado 20 de octubre acompañando a su novia, Laura, natural de dicho país pero criada en la localidad toledana desde que tenía tres años.
"Laura se fue a Paraguay porque tenía al abuelito enfermo y quería estar allí junto a su madre, que ya se había ido en julio. Alejandro decidió acompañar a su novia, que era su pasión, porque estaba enamorado. No se quería separar de ella porque llevaban juntos desde los 13 años", explica Ana Belén, que supo que algo iba mal al despertar la mañana del pasado 5 de enero.
"Me levanté y, al encender el móvil, vi que tenía llamadas de la madre Laura. Me decía que algo había pasado algo. Nos pusimos en contacto con ellas y nos dijeron que Álex estaba desmayado en el suelo, que no sabían lo que le había ocurrido". Cuando los doctores llegaron comprobaron que el joven toledano había sufrido un fuerte golpe en la cabeza y que tenía el pulso muy débil, aunque pudieron reanimarle con la intención de trasladarle en ambulancia hasta un hospital de Asunción, la capital paraguaya.
Sin embargo, el estado de salud de Álex empeoró durante el trayecto. Como "se les iba", los sanitarios decidieron acortar el viaje y llevar al joven a un hospital más cercano en el que comprobaron que tenía "mucho líquido generándole presión en el cerebro". Desde allí avisaron a la familia de que había que operarle urgentemente, aunque la primera intentona resultó fallida porque "tenía la tensión muy alta" y posiblemente no habría superado la intervención.
En ese momento, el padre de Alejandro ya estaba volando hacia Paraguay para estar junto a su hijo, al que pudo acompañar durante sus últimas horas con el apoyo de la embajada española en el país sudamericano.
Daño cerebral
Finalmente, puesto que la vida de Alejandro pendía de un hilo, no quedó más remedio que intervenirle quirúrgicamente en la cabeza. El veinteañero toledano superó la delicada operación, pero su estado seguía siendo de máxima gravedad. Mediante una tomografía se comprobó que había sufrido un importante daño cerebral que auguraba el peor de los desenlaces, que acabó ocurriendo el pasado domingo.
Todavía se desconoce si fue un accidente cerebrovascular el que provocó la caída o viceversa. La madre asegura que su hijo era un chico sano que nunca había tenido problemas de salud importantes. Pocas horas antes del suceso estuvo hablando con él con total normalidad.
"Me mandó una foto de la pizza que había hecho", recuerda la progenitora del joven, que se emociona al pensar en el orgullo con el que Alejandro presumía de su nueva habilidad, ya que poco después de llegar a Paraguay había conseguido trabajo en una pizzería. "Era todo corazón y estaba disfrutando mucho de allí. Me decía que había unos paisajes espectaculares y que era muy bonito. Le veía feliz y tranquilo. Me quedo con eso, que hasta el último momento ha disfrutado y ha hecho lo que él quería".
Ana Belén Martínez, durante la conversación telefónica que ha mantenido con este periódico, ha querido agradecer a todas las personas que se han volcado con la familia tratando de ayudar a que Álex pudiese salir adelante. "Un montón de gente se ha interesado por mi niño, que tenía un corazón muy grande", asegura.
De hecho, además de las donaciones económicas para costear el tratamiento hospitalario recibidas de parte de muchos vecinos de Ocaña y desde el entorno de la Guardia Civil, ya que el joven era "hijo del Cuerpo", la banda de cornetas y tambores Virgen Morena de la localidad toledana tenía previsto llevar a cabo este domingo un pasacalles solidario que no llegó a realizarse puesto que Alejandro, que tenía previsto regresar a España el próximo 19 de enero, falleció unas horas antes.