Cáritas Toledo gestionó a lo largo del año 2021 un total de 908.305 kilos de ropa usada, un 28,2 % más que en 2020, alcanzando niveles cercanos a los de antes de la pandemia. Lo hizo a través de su empresa Inserta Toledo, que hace una recogida selectiva del residuo textil en los 156 contenedores rojos repartidos por la provincia.
Así lo ha trasladado en rueda de prensa el gerente de Inserta, Francisco Villacampa, junto al director de Cáritas Toledo, José Luis González, y el arzobispo de Toledo, Francisco Cerro Chaves.
Villacampa ha señalado que este servicio llega al 70 por ciento de población de la provincia y que Toledo se sitúa en ranquin de las zonas que más reutiliza los residuos textiles, por lo que el objetivo es seguir poniendo contenedores, de acuerdo también con la Ley de Residuos que obliga a los ayuntamientos a dedicar un espacio para este fin, tal y como ha remarcado el director de Inserta.
Destino ético
"El 100% de la ropa recogida tiene un destino ético. Gracias a la generosidad de las personas que utilizan los contenedores, se consigue dar una segunda vida a la ropa y ayudar a muchas personas con la dignificación de la ayuda que presta Cáritas o reutilizando las prendas con un nuevo uso", ha remarcado.
Asimismo, parte de la ropa usada recogida se destina a la venta en la tienda 'Moda re-' que Cáritas tiene abierta en el barrio de Santa Teresa de Toledo y otra parte va a atender las necesidades de ayuda social de las familias que acuden a Cáritas con necesidades de vestido.
Con la ropa usada, en 2021 Cáritas ha propiciado hasta 19 oportunidades de empleo, 13 de ellas con personal de inserción derivados de los Servicios Sociales básicos de cinco localidades y de seis nacionalidades.
Por su parte, el director de Cáritas Diocesana de Toledo ha comentado que "Inserta Toledo es un proyecto querido por Cáritas Diocesana y que no necesita de fondos propios de la entidad, puesto que es 100 % sostenible", por lo que, ha manifestado, "el valor económico del residuo textil, gestionado de forma legal y transparente, es una oportunidad de creación de empleo social, de dignificación de la entrega social y de responsabilidad medioambiental".
Según ha explicado González, la actividad de recogida de ropa usada permite la contratación de cuatro personas de inserción, la clasificación de la ropa permite la contratación de dos trabajadores de inserción y la venta de ropa de segunda mano permite un empleo digno a otros dos trabajadores de inserción.
De su lado, el arzobispo de Toledo ha destacado la doctrina social de la Iglesia en su labor de "humanizar la economía y desarrollar nuevos marcos de relaciones económicas que sitúen en el centro a la persona". En este sentido, ha indicado que "Cáritas Diocesana de Toledo ve muchas realidades de pobreza y trabaja e interviene en estas realidades. Cáritas da nueva vida no solo a la ropa, sino a algo mucho más importante, a las personas que lo necesitan".