La mítica fábrica de Standard en Toledo, que con su inauguración en 1971 se convirtió en el germen del actual barrio de Santa María de Benquerencia, va a abandonar muy pronto su actual estado de ruina y tendrá una segunda vida gracias a la empresa Transportes Savi, que ha comprado las instalaciones para rehabilitarlas y trasladar allí su actividad.
Según han confirmado a EL ESPAÑOL - EL DIGITAL CLM desde la compañía de transportes con sede en Talavera de la Reina (Toledo), el proceso de demolición de la antigua fábrica toledana de la multinacional eléctrica, sin actividad desde 2005, comenzó hace varias semanas y actualmente se encuentra "bastante avanzado".
Será un arquitecto especializado el encargado de definir qué elementos de la estructura original de la deteriorada factoría se pueden salvar para, a partir de entonces, plantear el proyecto de la que será la nueva sede de Transportes Savi en la capital de Castilla-La Mancha. Aunque no hay por ahora un cronograma de obras definido, la intención de la empresa es trasladarse allí lo antes posible.
"Nos corre prisa porque la nave que tenemos en la calle Jarama, también en el polígono Santa María de Benquerencia de Toledo, se nos ha quedado pequeña. Hemos hecho una gran inversión comprando la antigua fábrica de Standard Eléctrica para que nuestra empresa crezca y vaya a más", ha asegurado Purificación Bautista, copropietaria de Transportes Savi junto a su marido, el empresario Ricardo García Oliva.
Transportes Savi emplea actualmente a más de 80 personas entre sus delegaciones de Talavera de la Reina y de Toledo, donde prevé contratar más personal cuando esté disponible la nueva sede. Según se recoge en la página web corporativa, presta servicios de transporte y distribución de paquetería, medias cargas y cargas completas en la provincia de Toledo y parte de la de Cáceres.
La parcela en la que se levantó la gran factoría de Standard en Toledo, que llegó a emplear a más de 1.400 personas, ya ha sido vallada y cuenta con vigilancia permanente para que las obras de demolición del inmueble se desarrollen sin incidencias y para impedir que la antigua fábrica siga siendo saqueada, tal y como ha ocurrido en los últimos años.
En los últimos años, las instalaciones han sufrido un grave deterioro a consecuencia de la inactividad, de los robos y del vandalismo. Numerosos tabiques se han derrumbado, los techos están destrozados porque los ladrones de cobre y de chatarra han hecho de las suyas y las pintadas se cuentan por decenas puesto que la fábrica ha sido territorio de okupas y sede de botellones.