Tal y como afirman desde el Consorcio de la Ciudad de Toledo, los nuevos restos arqueológicos hallados en la calle Navarro Ledesma número 2, como ya adelantamos en EL ESPAÑOL – EL DIGITAL CLM, hacen del complejo termal de la ciudad uno de los más importantes de la España Romana.
En este sentido, el descubrimiento de las piscinas romanas de agua fría compone un frigidarium, con conducciones de abastecimiento, galerías de servicio, una basa de columna y restos de mármol decorativo de las termas romanas.
Durante los trabajos de excavación han aparecido tres niveles arquitectónicos, con dos o tres pisos de construcciones, llegando a excavar hasta seis metros de profundidad en una superficie superior a los 100 metros cuadrados.
Y es que, “un complejo de tales dimensiones necesitaba una ciudad por debajo con esas galerías por donde discurrían las instalaciones de agua, de abastecimiento y de alcantarillado, para la limpieza, el saneamiento la evacuación, además de trabajadores sin ser vistos”.
Hallazgo importante
Uno de los hallazgos más importantes fue el de una basa de columna clásica romana. Así, en las excavaciones, se han encontrado evidencias de materiales cerámicos y de mármoles romanos altoimperiales de gran valor.
“Toda la plaza Amador de los Ríos y su entorno pone en evidencia que Toledo tuvo un papel muy importante en la España Romana. Aunque no fue una capital como Córdoba, Tarragona o Mérida, los restos aparecidos la sitúan como una de las ciudades más importantes del centro de España”, señala Carmelo Fernández, uno de los arqueólogos que está trabajando en el descubrimiento.