La Federación Empresarial Toledana (Fedeto) y asociaciones hosteleras han concluido, tras analizar los datos estadísticos del INE, que el turismo en la ciudad de Toledo se recupera "más lentamente de lo esperado" y han señalado que "aún queda mucho" para alcanzar y superar los datos de 2019, año de referencia por ser el último antes de la pandemia.
Según el INE, entre los meses de enero a julio de 2019 y 2022, ha habido 61.158 pernoctaciones menos de turistas extranjeros, lo que supone una caída del 31,98 por ciento; mientras que el turismo nacional que pasó al menos una noche en la capital regional aumentó en 12.157 personas más, una subida del 3,79 %.
En cuanto a las visitas individuales para estos mismos periodos, se ha registrado una caída de 55.086 visitantes extranjeros menos, lo que equivale a un 39,95 % menos de visitas internacionales y, por otro lado, las visitas de españoles han subido en 4.032, un 1,8 % más.
En total, compensando la subida de pernoctaciones de españoles con la caída de las de extranjeros, la pérdida total de pernoctaciones asciende en total a 49.001 menos entre enero y julio de 2019 y el mismo periodo de 2022, lo que representa un 9,58 % menos.
Respecto a los viajeros totales (españoles y extranjeros), la ciudad de Toledo ha acogido a 51.054 viajeros menos, una caída del 15,12 %.
Queda mucho para la recuperación
Por todo ello, Fedeto ha manifestado en un comunicado que el turismo en Toledo "se está recuperando, pero aún queda mucho para volver a los buenos datos de 2019 y más aún para superarlos".
A su entender, esta situación se debe a que las agencias, un sector que supone cerca del 40 % del total de visitantes anuales de la ciudad, aún no han podido desarrollar su trabajo plenamente desde 2020, año en el que estalló la pandemia.
Y, por otro lado, a que la inflación está haciendo "mella" también en el sector turístico, que está penalizando "muy gravemente" sus costes de producción.
Fedeto ha alertado que las empresas pueden verse abocadas al cierre temporal o definitivo por no poder soportar la subida de los costes de la energía, que se ha "triplicado" en todo tipo de establecimientos del Casco Histórico de Toledo y que, además, no pueden emplear energía solar para abaratar sus costes energéticos ya que está prohibido por las ordenanzas municipales colocar placas solares en todo el casco.