El Ayuntamiento de Talavera de la Reina sigue perfilando los detalles de la nueva zona de bajas emisiones de la ciudad, cuya implantación es obligatoria para todos los municipios de Europa que superan los 50.000 habitantes. Lo que está claro por el momento es que no comenzará a funcionar al menos hasta finales de 2023 y que será 'ligth', puesto que "en ningún caso habrá una prohibición total y absoluta del paso de vehículos rodados".
El concejal de Contrataciones y Seguimiento de Concesiones talaverano, Luis Enrique Hidalgo, ha informado de que la zona de bajas emisiones -que abarcará un total de 0,625 kilómetros cuadrados del Casco Histórico cuando se encuentre plenamente desarrollada en 2030- tendrá "excepciones" que el Ayuntamiento comenzará a consensuar el próximo mes de febrero con asociaciones de vecinos, empresariales, comerciales y agentes sociales. La ordenanza que salga de esos contectos, ha añadido, va a tener en cuenta las necesidades de estos colectivos así como la obligación de cumplir con esta normativa".
Desde el equipo de Gobierno se va a buscar "llegar a un equilibrio que sea del agrado de todos", ha asegurado el edil, que ha recordado que la zona de bajas emisiones es "una acción beneficiosa para mejorar el aire de la ciudad, sin perjudicar la actividad económica o el día a día de los vecinos".
Por el momento, la Junta de Gobierno Local celebrada aprobó este jueves la clasificación de la propuesta de adjudicación de la empresa que instalará las 23 cámaras y el sistema informático con el que se controlará qué vehículos pueden acceder y cuáles no a la zona restringida.
Dicha empresa, que tendrá un plazo de ejecución de las obras que asecenderá a diez meses, se encargará también de la señalización horizontal y vertical, de la instalación de paneles informativos que den cuenta del estado del tráfico y de los sensores de medición de la calidad del aire en toda la ciudad. Para ello, se cuenta con un presupuesto de casi 1.400.000 euros.
Las zonas de bajas emisiones ya puestas en marcha en otras ciudades impiden el paso a los vehículos más contaminantes y antiguos, como los que no disponen de etiqueta medioambiental. En Talavera de la Reina, un 36,7 % de los coches tienen más de 20 años, el porcentaje más alto de Castilla-La Mancha.