La Guardia Civil ha reactivado la búsqueda de Roberto García, el hombre que desapareció el 18 de febrero de 2019 en Casarrubios del Monte (Toledo) sin dejar rastro y del que, cuatro años después, todavía no se sabe nada.
Según han confirmado fuentes del Cuerpo a Europa Press, un georradar se ha sumado a estas labores en una finca familiar en la que se vio por última vez su vehículo. Este sistema, tal y como han indicado, podría detectar si se han producido movimientos de tierra en la zona, algo que no se había comprobado hasta ahora.
En esta propiedad, que ya había sido inspeccionada en dos ocasiones, también está trabajando en esos momentos la unidad del grupo cinológico con la presencia de perros que están adiestrados en la búsqueda de restos biológicos.
Cuatro años en paradero desconocido
A Roberto se le perdió la pista en esta localidad toledana cuando tenía 63 años. Poco después encontraron su coche en El Álamo (Madrid) y desde entonces todo son incógnitas, aunque los agentes nunca han dejado de investigar.
[El misterio de Roberto: desapareció tras cobrar y su vecino sacó dinero con su tarjeta]
El móvil económico es una de las hipótesis que ha cobrado más fuerza entre los investigadores. La Guardia Civil cree que a Roberto le asaltaron y le golpearon para que confesara las claves que dan acceso a su tarjeta bancaria. Y una vez comprobaron que el código era bueno, lo habrían asesinado y hecho desaparecer el cadáver.
Pocos días después de que se perdiera su rastro, hasta en cuatro ocasiones alguien extrajo dinero de su cuenta. Finalmente, comprobaron que quien acudía al cajero era su vecino, que fue detenido como sospechoso y enviado a prisión durante cuatro meses, aunque su implicación en el crimen no ha podido ser demostrada puesto que mantiene la versión de que se encontró en la calle la tarjeta de crédito y las claves de la misma apuntadas en un papel.