La DANA del pasado 3 de septiembre provocó importantes destrozos en la ciudad de Toledo, entre ellos la fractura del azud de Santa Ana, junto al puente de San Martín. 

El azud, construido en 1962 para derivar parte del caudal del Tajo hacia la central hidroeléctrica que funcionaba en el lugar, llevaba años agrietado, pero tras el último temporal ha terminado de fracturarse.

Una situación que ha dejado imágenes para la reflexión en la ciudad: que lleva el río a su paso por Toledo circula ahora por un agujero de en torno a dos metros, lo que da cuenta del paupérrimo caudal del Tajo, consecuencia de la sequía y del trasvase al Segura. 

El caudal del Tajo se cuela por la fractura. Venancio Martín

Con el azud de Santa Ana inhabilitado, que funcionaba como pequeña presa, el caudal del río circula ahora libremente colándose por el hueco fracturado y la lámina de agua ha bajado. Tanto es así que han vuelto a aflorar los restos de los molinos del Daicán, ubicados en la desembocadura del arroyo de la Cabeza. 

Restos de los molinos del Daicán.

En las redes sociales circula un vídeo de una persona cruzando el río Tajo a pie aprovechando que el Tajo discurre por la fractura del azud y el mismo puede utilizarse como improvisada pasarela, pese al peligro que ello conlleva.

También evidencia la poca fuerza del Tajo a su paso por Toledo que en la desembocadura del arroyo de la Degollada se haya generado un delta tras las DANAS de 2021 y 2023, sin que el caudal cuente con el suficiente ímpetu para arrastrar el lodo y las piedras allí depositados por la crecida del riachuelo.

El Tajo antes de las DANAS, después de la primera y tras la segunda.