Si por algo destaca España es por su riqueza patrimonial y arquitectónica. Uno de los mayores exponentes de este legado histórico son las iglesias. Una de las más bonitas e impresionantes del país se encuentra en San Martín de Montalbán (Toledo): la iglesia visigoda de Santa María de Melque.
Este templo se erige como un lugar perfecto para trasladarnos a la Edad Media. "Pasear por su planta, capillas y salas, atravesar sus arcos de herradura y contemplar los restos de la decoración y el sarcófago del fundador constituye un verdadero viaje en el tiempo", expresan desde Turismo de Castilla-La Mancha.
La iglesia está construida en sillería de granito despiezada irregularmente, con piezas acodadas para resolver algunos ajustes. Los muros, de sillares de desigual tamaño, pero muy bien trabajados, son extremadamente robustos, llegando a alcanzar espesores de 1,40 metros.
Su planta es de cruz griega de brazos desiguales y cuenta con una puerta de acceso con un arco ultrasemicircular. En el interior, consta de una nave cubierta con bóvedas de medio punto peraltada y el ábside es de planta de herradura cubierto con bóveda de media naranja.
Este templo formó parte de un gran monasterio de finales del siglo VII y sobrevivió a la conquista islámica como comunidad religiosa mozárabe y, más tarde, como aldea musulmana. Cuando el rey Alfonso VI conquistó Toledo, la iglesia recuperó su función litúrgica, pero no perdió la militar.
La iglesia forma parte del conocido como 'Conjunto de Melque', declarado como Bien de Interés Cultural, del que también forma parte su entorno, que conforma un espectacular yacimiento histórico.
Sendero de Melque
Una de las mejores opciones para visitar la iglesia y vivir la experiencia completa es llegar a través del Sendero de Melque. Se trata de uno de los recorridos más impresionantes para hacer a pie, ya que transita por una extensa dehesa llena de historia.
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Un itinerario circular y sin desniveles de tan solo tres kilómetros, que se completa en un tiempo aproximado de 45 minutos, y que arranca y termina en la propia iglesia.