La oleada de robos en los cementerios de Toledo no cesa. La última localidad afectada ha sido Bargas, donde el Ayuntamiento ha denunciado que en la noche del sábado al domingo (8-9 de junio) han sido sustraídos "multitud" de crucifijos de cobre.

En una publicación a través de las cuentas oficiales del Consistorio en redes sociales, manifiestan que el asunto ya se ha puesto en manos de la Guardia Civil, que "ha abierto diligencias para hacer un inventario de todos los daños y elementos sustraídos".

"El Ayuntamiento de Bargas, una vez terminado este trabajo previo, y una vez que se conozca con detalle el número de lápidas afectadas, se va a personar como denunciante, y va a representar a todos los vecinos de Bargas afectados", han informado.

Como recuerda el Consistorio bargueño, este tipo de robos y destrozos se ha extendido en los últimos días a localidades como Lucillos, Cebolla, Erustes, Lagartera, Gamonal o Torrijos.

Todos los robos tienen la característica común de que se producen por la noche. En Torrijos, entre el 6 y el 7 de junio fueron sustraídos un total de 134 crucifijos.

Del cementerio de Lucillos se llevaron el pasado 23 de mayo, 21 crucifijos de bronce y latón de sepulturas grandes, así como 32 agarradores laterales, lo que provocó daños en las propias tumbas. La alcaldesa, Virginia Tragacete, señaló a EFE que los robos fueron efectuados por "una banda organizada" que accedió por caminos al camposanto.

Jesús Fernández, el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Lagartera, otro de los municipios afectados, también consideró que los ladrones "son grandes profesionales" y "sabían lo que tenían que llevarse", todo ello sin dejar "rastro de huellas de zapatos en las lápidas".