El 2 de septiembre de 2021 tres arroyos no canalizados que discurren por la ciudad de Toledo se desbocaron de sus cauces causando inundaciones y riadas en barrios como Santa Bárbara y Azucaica. El arroyo de la Rosa, el de la Degollada y el de Valdecubas se comportaron a finales de ese verano como tres jinetes del Apocalipsis. Su desbordamiento, debido las lluvias torrenciales asociadas a una DANA, provocó pérdidas millonarias. Nadie, en ese momento, sospechaba que la historia volvería a repetirse casi milimétricamente dos años después.

El 3 de septiembre de 2023 un nuevo aguacero provocado por lo que hace unos años se conocía como una 'gota fría' desató la ira del arroyo Ramabujas, que se llevó por delante buena parte del polígono industrial de Toledo, destrozando las cocheras de Unauto y, con ello, comprometiendo el transporte urbano de una ciudad tan diseminada como la capital regional.

Para evitar que la historia se repita o al menos minimizar los destrozos de fenómenos meteorológicos asociados al cambio climático, el nuevo Plan de Ordenación Municipal quiere incorporar una estrategia que reduzca el riesgo de inundación de la ribera del Tajo en la zona este de la ciudad -Polígono, Azucaica y Santa Bárbara- a través de soluciones basadas en la propia naturaleza y orientadas a la protección del capital natural existente en la ciudad. El instrumento para lograrlo será el nuevo Plan Municipal de Infraestructura verde y azul de la ciudad de Toledo, cuya redacción ha salido a licitación.

Cinco empresas compiten por la elaboración de este documento que sentará las bases para reurbanizar la capital regional con criterios de sostenibilidad ambiental. Entre ellas se encuentra Ezquiaga Arquitectura, Sociedad y Territorio, que fue la encargada de realizar el documento de diagnóstico, que será el punto de partido del nuevo Plan Municipal de Ordenación de Toledo. También han presentado ofertas otras cuatro empresas: Basoinsa, Paisaje Transversal, Laura Alonso Blasco y Mota y Vignolo Arquitectos.

Todas ellas se disputan un contrato valorado en 121.000 euros y que cuenta con financiación de los fondos europeos al incluirse dentro de las actuaciones subvencionadas por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico para el fomento de actuaciones dirigidas a la restauración de ecosistemas fluviales y a la reducción del riesgo de inundación en entornos urbanos.

Renaturalización del entorno urbano

El diseño de medidas correctoras que permitan minimizar de forma natural las consecuencias de eventos meteorológicos con gran capacidad de destrucción como las riadas es sólo uno de los objetivos del Plan de Infraestructura verde y azul, que también deberá incluir acciones restauración y renaturalización del entorno urbano.

"En la ciudad de Toledo se han ido implementado mejoras en algunas zonas verdes y se han realizado intervenciones en áreas urbanas concretas, pero han sido actuaciones carentes de integración, que resultan imprescindibles", explica el propio Ayuntamiento en la memoria que justifica la necesidad de contar con el primer Plan Municipal de Infraestructura verde y azul, que englobe de "forma conjunta las directrices estratégicas en cuanto a las zonas verdes y su relación con el río".

El documento, que deberá estar redactado en el plazo de seis meses desde la firma del contrato con la empresa que gane la licitación, deberá incluir una valoración del estado actual de las zonas verdes y del arbolado de la ciudad. El pulmón verde de la ciudad resultó muy dañado en enero de 2021 por la conjunción de las borrascas Filomena y Hortensia, que helaron la ciudad, paralizaron su actividad y tensionaron la capacidad de respuesta de la capital regional ante fenómenos adversos.

El equipo redactor de la estrategia también tendrá analizar la situación de los espacios naturalizados y de ribera, la biodiversidad de la ciudad de Toledo, así como las escorrentías y los riesgos de inundación. Pero el Plan no sólo se quedará en el diagnóstico, sino que pasará a la acción proponiendo actuaciones concretas y una planificación estratégica que jerarquice las actuaciones por su prioridad y marque las fuentes de financiación.

Un Plan de Ordenación verde y azul

El Plan Municipal de Infraestructura Verde y Azul deberá incorporarse al nuevo Plan de Ordenación Municipal (POM) que el actual Ejecutivo municipal pretende que sea aprobado definitivamente en 2026. Un objetivo ambicioso el autoimpuesto por la Concejalía de Urbanismo, que ha licitado en el último mes dos contratos vitales para intentar llegar a la meta antes de que se acabe la actual legislatura.

El equipo multidisciplinar que se encargará de la redacción del nuevo instrumento urbanístico que sustituirá al obsoleto Plan General de 1986 deberá integrar sus conclusiones ambientales, así como las de otros documentos ya realizados como el Plan de Acción de la Agenda Urbana Local, aprobado por la Junta de Gobierno Local en septiembre de 2022 y el Inventario de Bienes de Patrimonio Cultural para los Instrumentos de Ordenación Territorial y Urbanística de Castilla-La Mancha en el término municipal de Toledo, finalizado en 2023.