Luz del Tajo y Policía Nacional, con el fin de garantizar la seguridad de todos los visitantes y del personal del centro comercial ante cualquier situación, realizaron el pasado 10 de junio un simulacro de intervención por ataque con arma blanca en el que participaron más de una veintena de agentes. 

Según ha informado el centro comercial en nota de prensa, el ejercicio se llevó a cabo a las 8.30 horas y a puerta cerrada. En él estuvieron presentes dos patrullas del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC), una docena de efectivos de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) y personal del Centro Inteligente de Mando Coordinación y Control, así como el equipo de seguridad privada y todo el personal del establecimiento. Además, contó con la participación de alumnos del Instituto de Enseñanza Secundaria Azarquiel de Toledo.

Este ejercicio se enmarca en el plan de simulacros que periódicamente realiza Luz del Tajo para preparar a todo el personal a "reaccionar adecuadamente ante situaciones de emergencia" con el fin de garantizar la seguridad de los visitantes.

Con él se cumplen dos objetivos. Por un lado, se pretende representar los posibles acontecimientos que se registrarían durante el desarrollo de una incidencia de ataque con arma blanca y comprobar así la eficacia de las actuaciones realizadas y la gestión de la respuesta de las diferentes unidades. Por otro, sirve para recoger las posibles mejoras que se pudieran observar y establecer las medidas que den como resultado una mejor y más rápida intervención.

Ataque ficticio 

Así, a las 8.30 de la mañana del pasado lunes se puso en marcha el protocolo de actuación ante un ataque ficticio con arma blanca, que comenzó con la emisión por megafonía de un mensaje que indicaba que se debía abandonar el centro comercial inmediatamente por la salida más cercana, activando así el plan de evacuación ante emergencias del centro comercial.

A continuación, se dio aviso del incidente al Centro Inteligente de Coordinación, Mando y Control de la Policía Nacional, que movilizó a dos patrullas del Grupo de Atención al Ciudadano (GAC) para que realizase una primera evaluación de la situación. Al tratarse de un incidente con una persona armada, se solicitó también la presencia de la unidad especializada en este tipo de intervenciones, personándose un subgrupo de la Unidad de Prevención y Reacción (UPR) compuesto por una docena de agentes que accedieron a la planta de restauración, donde se encontraba el individuo armado.

En pocos minutos y tras poner en marcha el protocolo de utilización de la pistola eléctrica de inmovilización, los agentes lograban su detención. El resultado final del simulacro fue todo un éxito.