Alamillos del Tránsito. Esta es la zona del Casco histórico de Toledo que cuenta con más opciones para albergar un gran aparcamiento destinado a los residentes de este barrio de la capital regional, cada vez más afectado por el fenómeno de la turistificación.

El proyecto, liderado por el Ayuntamiento de Toledo, es uno de los compromisos adquiridos por el alcalde, Carlos Velázquez, con los vecinos del Casco que cada vez encuentran más problemas de aparcamiento y que han solicitado, a través del movimiento asociativo, que la zona verde de la ORA esté operativa las 24 horas del día.

Hacer realidad esta nueva dotación ligada a la movilidad requiere de la colaboración de otras administraciones. De hecho, el solar en el que se han centrado las miradas, el número 6 de Alamillos del Tránsito, situado junto al Museo del Greco y cerca del Palacio de Fuensalida, es propiedad de la Diputación de Toledo.

Dación de pago

La institución provincial obtuvo en 2012 la propiedad tanto de este inmueble como del edificio albergó la Delegación Provincial de Sanidad, situado en la Subida de la Granja. La operación fue una dación en pago realizada por el Gobierno regional presidido por María Dolores Cospedal para saldar parte de la deuda que la Junta mantenía en ese momento con la institución provincial, dirigida por Arturo García Tizón, quien intentó levantar en él una residencia universitaria masculina, proyecto que, finalmente, no llegó a concretarse.

El edificio de Alamillos del Tránsito, conocido también como ‘Granero de San Julián’, formaba parte del inventario de la administración regional desde 2008, año en el que el Arzobispado de Toledo se lo vendió a la Junta, en época de José María Barreda, por dos millones de euros.

La opción de Alamillos del Tránsito cuenta con la ventaja inicial de que es propiedad de una administración y de que se halla en desuso como decenas de inmuebles de titularidad pública en el Casco. El debate de cómo recuperar su funcionalidad lleva meses abierto en el Consorcio, organismo encargado de la rehabilitación del barrio histórico de la capital regional, del que forman parte la Administración General del Estado, el Ayuntamiento de Toledo, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha y la Diputación provincial.

Aparcamiento en altura

Es precisamente el Consorcio, que junto su experiencia en interlocución interadministrativa está especializado en la ejecución y gestión de proyectos vinculados al Casco histórico, el que estudia la viabilidad de este gran aparcamiento para residentes del Casco. No obstante, el parking no será el único uso que albergue este solar dadas sus dimensiones.

Lo que parece que también está decidido es que el nuevo aparcamiento no será subterráneo, sino que se habilitará dentro de un edificio de varias plantas similar al que hay en la Cuesta de los Capuchinos, junto al Alcázar.

No hay que olvidar que en las catas realizadas en su día para la Diputación de Toledo aparecieron significativos restos arqueológicos de diferentes etapas históricas, por lo que un aparcamiento sobre rasante y distribuido en varias alturas parece la opción más viable.

El precedente de Descalzos y la oposición de los vecinos del paseo de San Cristóbal

No es la primera vez que el Ayuntamiento de Toledo intenta que esta zona del Casco, más próxima al barrio de la Judería y a la puerta del Cambrón, cuente con un aparcamiento. En su día, José Manuel Molina, en su última legislatura como alcalde de Toledo (2003-2007), intentó la construcción de un aparcamiento en régimen de concesión administrativa en Descalzos.

El proyecto contó con el rechazo de los vecinos del barrio de San Cristóbal, temerosos de que las obras provocaran grietas en sus viviendas o graves problemas de estabilidad estructural como por esa época sucedió en el barcelonés barrio del Carmel, que se hundió debido a los trabajos de construcción de una línea de metro.

Los residentes en esta zona del Casco contaron con la ayuda de Iniciativa Ciudadana del Casco Histórico y con el grupo municipal socialista que, encabezado en aquella época por Alejandro Alonso, se opuso frontalmente a un proyecto que finalmente se quedó en el cajón ya que sólo se afianzó el muro sobre el que descasa el paseo de San Cristóbal.

Más opciones

El proyecto de Alamillos del Tránsito no es el único que existe para convertir edificios o solares en desuso situados en el Casco histórico en aparcamiento.

Algunos de los que se barajan, ya sean de iniciativa pública o privada, se encuentran también en esa zona por lo que la salida natural de los vehículos que allí estacionen, si finalmente se hacen realidad, será la Puerta del Cambrón.