Los vecinos del toledano barrio de Azucaica miran al cielo cada vez que los servicios meteorológicos prevén fuertes tormentas en Toledo. Saben, por experiencia, que cada vez que se producen fuertes precipitaciones, el arroyo Lazo de comporta como si fuera un ‘jinete de la Apocalipsis’.
Bien los saben los vecinos cuyos hogares se asientan sobre el cauce natural de este riachuelo que habitualmente viene sin agua. En su memoria aún están recientes los daños causados por las DANA caídas en septiembre de 2021 y en idéntico mes de 2023. A consecuencia de estos dos fenómenos adversos, los destrozos de generalizaron por todo el barrio, pero no es necesario que caiga tanta agua para que algunas calles del barrio terminen por convertirse en un río.
Sin embargo, este martes no sucedió lo mismo pese a los 61 litros por metro cuadrado que cayeron en la capital regional a lo largo de todo el día. Las tablas que protegen la entrada de muchas viviendas del barrio no fueron necesarias. La razón estriba en la construcción de sistema de retención de los arrastres de tierra que vienen de aguas arriba cuando llueve con fuerza, fundamentalmente del municipio vecino de Olías del Rey.
La eficacia del arenero
Aunque aún no ha finalizado la primera fase de esta obra que acomete Tagus -empresa concesionaria del servicio de abastecimiento de agua y de alcantarillado de Toledo por encargo del Ayuntamiento-, los trabajos ya realizados han mostrado su eficacia puesto que han evitado un nuevo desbordamiento de arroyo.
“El arenero que estamos construyendo acumuló el agua que se repartió a lo largo de su superficie, y evitó los problemas”, asegura Loreto Molina, concejala de Obras, Servicios, Parques y Jardines, que ayer visitó el barrio y pudo comprobar que las calles no se vieron afectadas y que las tapas del alcantarillado no saltaron como en otras ocasiones. Asimismo, contactó con el presidente de la Asociación de Vecinos ‘La Candelaria’, Víctor Fernández-Jara, que le confirmó la ausencia de incidencias en el barrio.
En la primera fase de las obras, que cuenta con un presupuesto de 485.973 euros, además del arenero se va a encauzar el arroyo mediante la construcción de un canal de gaviones una vez pasada la CM-4001.
Ya en una segunda fase de la intervención, se abordará el desvío del cauce del arroyo. Se trata de una actuación compleja puesto que por la zona atraviesa una vía pecuaria y porque la actuación choca con la normativa europea, que tiende a la renaturalización de los cauces.