Tradición y sentimiento se entremezclan en el rito de llevar flores a las tumbas de nuestros seres queridos. Miles de toledanos lo han hecho durante el Día de Todos los Santos. Sin embargo, a lo largo de los años, esta costumbre tan arraigada ha ido evolucionando.
“Cada vez tenemos más cultura de flor y sabemos lo que queremos. Ya no buscamos simplemente un arreglo típico de cementerio, sino algo más elaborado y personalizado para nuestro ser querido”, comenta Irene Martín-Maestro, presidenta de la Asociación de Floristas de Toledo, que agrupa a 40 empresas, aunque el sector en la provincia es mucho más amplio.
Los clásicos como el clavel, el crisantemo, el gladiolo y la margarita siguen siendo las estrellas de estas fechas, pero existe una tendencia creciente a incorporar otros tipos de flores y plantas vivas. “Ahora se hacen composiciones bonitas con plantas vivas, con la idea de que sigan creciendo y mantengan algo vivo en el lugar. Se pone mucho en valor, porque dura más tiempo y da una sensación de continuidad”, señala la presidenta de la Asociación de Floristas de Toledo, que explica que para algunas floristerías el 1 de noviembre, representa el 50% de sus ingresos anuales. “El Día de Todos los Santos ayuda mucho a mantener una media que permite aguantar el año completo. Hay mucha gente que cuenta con esta campaña para sobrevivir”, recalca.
La DANA afecta a los floristas
Sin embargo, los días previos han sido complicados debido a las incidencias meteorológicas. “La DANA ha afectado a un proveedor de Valencia, que es uno de los mayores proveedores en esta zona. Desde el martes bloquearon pedidos y aunque teníamos stock, algunos encargos de última hora no pudieron llegar como roas o flores más delicadas”, explica Martín-Maestro.
No obstante, el mal tiempo y la inestabilidad no ha alejado a los toledanos de los cementerios. “La gente acaba yendo a los cementerios sí o sí, aunque haya solo lluvia. Las previsiones se cumplen porque sigue siendo un día muy arraigado en nuestra cultura”, añade la presidenta de la Asociación de Floristas de Toledo.
Competencia y profesionalización
Uno de los desafíos para las floristerías es la competencia de los puestos ambulantes en los alrededores de los camposantos. Sin embargo, Irene Martín-Maestro considera que ambos mercados son complementarios: “Para mí es otro tipo de público; se trata de una compra por impulso de personas que adquieren flores a última hora. Quienes buscan un trabajo especial, acuden a la tienda”, afirma.
En su rol de presidenta, Martín-Maestro aboga por una mayor profesionalización: “Tenemos que llevarnos el cliente a nuestro huerto siendo profesionales y ofreciendo valor añadido y no luchando con el precio. La profesionalización una forma de que los floristas podamos salir adelante sin que tengamos que entrar en este tipo de guerras”, asegura.
La cultura floral en auge
A su favor está que la cultura floral en España ha cambiado mucho en la última década. A diferencia de otros tiempos, en los que la compra de flores estaba reservada para ocasiones especiales como bodas, funerales o nacimientos, hoy existe un creciente interés por incluir flores en la vida cotidiana. “Cada vez en España hay más cultura de flor. La gente compra flores para casa, algo que antes apenas se veía”, explica Irene. En este sentido, España se acerca más a las tendencias europeas, donde es común que los hogares tengan flores frescas como parte de la decoración habitual.