“Emocionado porque este día ha llegado”. Así de exultante se mostraba el alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, durante la firma del protocolo para la recuperación, ampliación y adecuación del campo de fútbol Carlos III.  Este acuerdo a tres bandas entre el Ayuntamiento de Toledo, la Consejería de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno regional y la Universidad de Castilla-La Mancha no sólo permitirá recuperar una histórica instalación deportiva, perdida en 2006 debido al proyecto urbanístico de Vega Baja, sino contar con un campo de fútbol que convertirá a la capital regional en “referente de la innovación deportiva”.

El proyecto incluye la construcción de un campo de fútbol 11. Pero no será un campo cualquiera debido al césped que se instalará en el terreno de juego, no sólo responderá a las necesidades deportivas, sino que también servirá de campo de pruebas de un nuevo césped artificial desarrollado por una empresa murciana que cumple con la nueva normativa y los requerimientos medioambientales que se exigirán a este material a partir de 2030. Es decir, tal y como explicó el rector de la Universidad de Castilla-La Mancha, Julián Garde, el nuevo Carlos III se convertirá en un “banco de pruebas para la FIFA”.

“La Universidad aporta a esta iniciativa un proyecto europeo, que cuenta con una dotación económica de hasta un millón de euros, concedido por la Comisión Europea en una convocatoria de concurrencia competitiva y que lidera Leonor Gallardo, profesora y vicerrectora de Coordinación, Comunicación y Promoción de la Universidad de Castilla-La Mancha”, explicó Garde, que espera poder renovar su cargo como rector de la UCLM para poder dar “el saque de honor” en el primer partido que se juegue en el recuperado Carlos III a finales de 2025.

El rector aseguró que el campo, más allá de que puede ser testado por la FIFA y de que se convierta en una nueva instalación deportiva al servicio de la ciudad, será “también una herramienta docente para la Facultad de Ciencias del Deporte y Educación Física, pero también de investigación y de transferencia”.

"Colaboración institucional"

Por su parte, el consejero de Educación Cultura y Deporte de Castilla-La Mancha, Amador Pastor, quiso poner en valor el “entendimiento y la colaboración institucional para hacer realidad un proyecto que dará respuesta a las necesidades de la ciudadanía”. La Junta de Comunidades aporta los terrenos en los que se levantará el nuevo campo de fútbol, que contará además con vestuarios y gradas desmontables.

En este sentido, el alcalde de Toledo explicó que la dotación deportiva se levantará en el mismo sitio en donde se ubicó el antiguo campo de fútbol, para evitar problemas dado que la instalación queda dentro del ámbito de protección del BIC de la Vega Baja.

“Es importante hacerlo en las mismas condiciones y en la misma ubicación donde estaba el anterior campo. Al desarrollarlo sobre su huella nos evitamos problemas de esta índole”, aseguraba Velázquez, que el Ayuntamiento aporta 300.000 euros al convenio que se destinaran al movimiento de tierras y a la adecuación del terreno.

¿Ciudad deportiva?

Asimismo, adelantó que el Ayuntamiento está en negociones para hacerse con una parcela de titularidad privada colindante con las fincas en las que se habilitará el nuevo Carlos III para albergar otro campo de fútbol. “Queremos crear una gran parcela de uso deportivo”, subrayó el alcalde al ser preguntado si detrás de la actuación podía estar el germen de una ciudad deportiva.

“Podemos denominarla de muchas formas, pero será una gran parcela de uso deportivo, Creo que es uno de los mejores usos que se puede dar a esta zona de la ciudad. Tenemos el compromiso de que la Vega Baja no sea una brecha ni un problema para la ciudad, sino que sea una oportunidad para unir Santa Teresa con el campus”, subrayó Velázquez, que insistió en que la intención del equipo de Gobierno es convertir el “río Tajo en un centro neurálgico de ocio, esparcimiento y actividades deportivas.”.