Se detiene el tiempo en Zocodover: el histórico reloj toledano se para por las obras en la Delegación del Gobierno
- El Ayuntamiento ha decidido pararlo para proteger su maquinaria. La tradición de comer las uvas en Zocodover en Nochevieja, afectada.
- Más información: El edificio de la Delegación del Gobierno en Toledo será demolido y solo se salvará la fachada.
Las obras de rehabilitación integral del edificio que ocupa la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha han causado una víctima colateral antes de su inicio. Se trata del reloj de Zocodover, que ha dejado de ser testigo privilegiado del discurrir del tiempo en la céntrica plaza en la que se desarrolla parte de la vida social de la ciudad. Sus agujas llevan varios días paradas marcando las 10,23 horas.
Aunque el proyecto de la Delegación del Gobierno no incluye una intervención directa sobre el reloj, situado sobre la capilla del Cristo de la Sangre, el Ayuntamiento de Toledo, encargado de su mantenimiento, ha decidido preservar la maquinaria para evitar daños que puedan producirse tras el inminente comienzo de las obras. “El reloj se va a dejar tapado para poderlo proteger”, señala Loreto Molina, concejala de Obras, Servicios, Parques y Jardines del Ayuntamiento de Toledo.
Sin embargo, esta ‘parada técnica programada’ por causa de fuerza mayor va a afectar a una de las tradiciones navideñas como es acudir a la plaza de Zocodover a recibir el Año Nuevo. Si nada lo remedia comer las uvas al ritmo de las campanadas de este histórico reloj será misión imposible durante los dos próximos años.
Reloj histórico
El reloj de la Plaza de Zocodover en Toledo es un elemento emblemático con una historia que se remonta al siglo XVII. En 1691, se instaló el primer reloj sobre el Arco de la Sangre, aprovechando las obras de reconstrucción tras un incendio en 1640.
A lo largo de los siglos, el reloj ha experimentado varias reparaciones y sustituciones. En 1792, se reemplazó por un mecanismo procedente de la Catedral de Toledo. En 1900, el relojero madrileño Aniceto del Valle instaló una nueva maquinaria que permaneció hasta 1936, cuando fue destruida durante la Guerra Civil Española.
La estructura actual del reloj data de 1945, tras la reconstrucción del Arco de la Sangre por la Dirección General de Regiones Devastadas.
El mantenimiento del reloj ha sido responsabilidad de varias generaciones de relojeros toledanos. Entre ellos Bienvenido Sánchez Briones y su hijo Bienvenido Sánchez Díaz.