Las Hijas del Amor Misericordioso llegan a Toledo para dar nueva vida al convento cerrado de las Capuchinas
- El cenobio, situado en el Casco histórico de Toledo, cerró en 2019 al trasladarse las carmelitas al que convento que fundara Santa Teresa en la ciudad.
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El frenético ritmo de la sociedad actual es incompatible con la vida contemplativa que profesan las monjas de clausura. La falta de vocaciones unido a la avanzada edad de las hermanas ha puesto en peligro la supervivencia de conventos y monasterios y el legado material e inmaterial que atesoran. Una situación especialmente preocupante en el Casco histórico de Toledo donde los cenobios de las comunidades religiosas han configurado la trama urbana del barrio histórico de la Ciudad de las Tres Culturas.
El deterioro de la situación se ha ido agravando en la última década. Desde 2016, cuatro conventos de la capital regional se han quedado vacíos y permanecen cerrados. Se trata de los conventos de Santa Úrsula, Santa Clara, las Capuchinas y las Benitas.
Sin embargo, no está todo perdido puesto que una nueva orden religiosa va a llenar de vida los muros del convento de las Capuchinas, uno de los más desconocidos de la capital regional y con un vasto patrimonio. Las nuevas moradoras son las Hijas del Amor Misericordioso, una congregación fundada por el Padre Antonio Mansilla Casas en 1983, y aprobada en 2007 por el cardenal Rouco Varela.
Ubicadas en Ocaña
Este instituto de vida consagrada, que en la actualidad está presente en la localidad toledana de Ocaña y en Los Molinos (Madrid) y Carmona (Sevilla) utilizan la música como una parte importante de su actividad apostólica. “Nuestro primer disco, editado este mismo año, expresa el don que la comunidad quiere transmitir a la Iglesia como fruto de la gracia recibida”, explican en su página web. Las Hijas del Amor Misericordioso (HAM) son también muy conocidas por su labor de evangelización en las redes sociales. De hecho, cuenta con un canal de YouTube llamado ‘Diosidencias’.
Las HAM ocuparán el convento que 2019 dejaron las carmelitas descalzadas que llegaron en el año 2006 a Toledo procedentes de la localidad leonesa de Grajal de Campos, una llegada que estuvo llena de sobresaltos porque los vecinos de este municipio leonés las acusaron de traerse a Toledo un cristo yacente que procesionaban en su Semana Santa.
El cierre del convento se produjo cuando las monjas que habían llegado de León se trasladaron al que fundó Santa Teresa de Jesús en Toledo situado a escasos trescientos metros del que habitaron durante 13 años en la plaza de las Tendillas. La razón no fue otra que evitar que la que fuera quinta fundación de la Santa de Ávila se quedará sin moradoras, ya que las hermanas carmelitas que lo habitaron hasta 2019 fueron trasladadas a otras casas de la congregación debido a su avanzada edad.
Obras de El Greco
El convento de la Purísima Concepción, popularmente conocido como el de las Capuchinas, alberga piezas de gran valor artístico, entre ellas un soberbio paño de la Verónica de El Greco, que pudo contemplarse en Toledo con motivo del cuarto centenario del fallecimiento del pintor cretense.
El convento fue construido por Bartolomé Zúmbigo y Salcedo, que llegó a ser arquitecto mayor de la catedral de Toledo, y las obras costeadas por el cardenal Pascual de Aragón (1626-1677), que ocupó altos cargos durante el reinado de Felipe IV y Carlos II y que está enterrado en la cripta del convento.
En la archidiócesis de Toledo permanecen abiertos y con actividad 34 conventos de clausura de los que doce están situados en la capital regional, diez en el Casco histórico y otros dos en los barrios de Buenavista y el Polígono. Con la reapertura del convento de las Capuchinas, Toledo, la ciudad conventual por excelencia, recupera una parte importante de su historia y de su legado patrimonial, labor a la que se ha entregado la Asociación de Amigos de los Conventos de Toledo, fundada hace menos de un año.