No ha sido una decisión fácil para él, pero al final el Rey emérito ha anunciado su decisión "firme y meditada" de abandonar su actividad institucional a partir del próximo 2 de junio, día en el que se cumplen cinco años de que hiciera pública su voluntad de abdicar.

Esta decisión, que obedece al deseo personal de Don Juan Carlos, se la comunicó a su hijo, Don Felipe, por medio de una carta en la que expresa que "ha llegado el momento de pasar una nueva página de mi vida y de completar mi retirada de la vida pública".

La retirada de Don Juan Carlos, después de toda una vida dedicada a España y de un reinado de casi 39 años, fue anunciada en la tarde del lunes 27 de mayo por la Casa del Rey a través de un comunicado que reproducía la carta enviada por Don Juan Carlos a Don Felipe.

Pero hay un motivo para entender esta sorprendente retirada, pese a que desde Casa Real se han desgastado en reiterar que no hay ningún problema relacionado con alguna enfermedad: Juan Carlos I está agotado, tiene serios achaques de salud y ahora está pendiente de la evolución de su piel, ya se le ha extirpó un pequeño carcinoma en la cara. Podría tener que someterse a más intervenciones de este tipo en los próximos meses, tal y como señalan las mismas fuentes.

Juan Carlos, a su 81 años, sigue siendo un hombre coqueto y no quiere más fotos incómodas (rostro amoratado), pero desea evitar a toda costa más fotografías apoyándose sobre un bastón, instrumento necesario para caminar que le va a acompañar el resto de sus días. 

 

Las fuentes consultadas por PD aseguran que los médicos del Emérito ya le han dicho que va a perder la movilidad y que esos bastones al final tendrán que ser reemplazados por una silla de ruedas. Don Juan Carlos no quiere ser recordado con esas, que él considera, lastimosas imágenes y ha sido clave para abandonar la vida pública.

Pocas fotografías veremos ya del Monarca después de que este próximo 2 de junio lo veamos por última vez en una corrida de toros en Aranjuez.