Mientras se exhumaban los restos de Franco y a tan solo 50 kilómetros de distancia, en el Palacio de la Zarzuela,don Juan Carlosse sometía a una sesión de fisioterapia para tratar de mitigar los dolores de su maltrecha cadera.
El emérito podría haber vistola exhumación de Francodesde alguna de sus habitaciones en el ala privada del recinto de El Pardo, pero no es esa cuestión que más le preocupa esta semana, según cuenta uno de los mejores amigos de don Juan Carlos aEl Español. "Para él, la exhumación no tiene mucha polémica. Si el Gobierno lo decide pues bien hecho estará. Él es mucho del refrán el muerto al hoyo y el vivo al bollo. Cuando este verano hemos hablado del tema él ha comentado poco y sólo ha asegurado que le da pena gastar el dinero en estas cosas, pero que probablemente a Franco le hubiera gustado más estar al lado de su mujer que dónde estaba. Así que le parece un final correcto".
Don Juan Carlos tampoco es ajeno a lo que sucederá cuando él fallezca. Tal y como confiesa su íntimo, el emérito tiene claro que quiere ser enterrado en El Escorial e incluso bromea acerca de ello: "Hace unos meses, Juan Carlos y un grupo de amigos nos reíamos sobre lo que iba a pasar con nosotros cuando nos vayamos al otro barrio, con una edad como la nuestra es normal que pensemos en eso. Algunos queremos terminar en nuestra ría, si nos dejan, pero él sabe dónde va a ir a descansar, lo tiene claro, sólo espera que los tiempos no cambien y dentro de 40 años decidan mudarlo: 'Espero que no me muden de El Escorial en 40 años', contaba entre risas este verano", sentencia.