Ceramistas talaveranos del siglo XVI, época de pleno esplendor en Talavera de la Reina al ser pionera en importar las técnicas italianas de pintura aplicadas a la cerámica, deciden embarcarse al Nuevo Mundo y se asientan en Puebla, estado mexicano donde hoy sus "talaveras", como denominan a la cerámica, forman parte de la candidatura para que esta técnica centenaria sea Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
Así, cinco siglos después de que los primeros alfareros talaveranos se asentaran en América, México y España presentan una candidatura conjunta internacional para conseguir esa distinción de la Unesco para una cerámica que, a los dos lados del Atlántico, se sigue fabricando según los mismos métodos tradicionales cuya calidad ha quedado contrastada a lo largo de los siglos.
Magdalena Corrales y Pilar Campillejo, directora y portavoz, respectivamente, de la asociación Tierras de Cerámica, que promueve la candidatura conjunta a patrimonio de la humanidad, explican en una entrevista con Efe que el país americano se incorporó más tarde a la candidatura y "no dudaron" en hacerlo porque en ambos lugares se utiliza el mismo proceso; además, una candidatura internacional tiene más posibilidades de salir adelante.
Aunque la cerámica en México es milenaria, los artesanos talaveranos llevaron hasta allí, a partir del siglo XVI, su característica pintura sobre cubierta, con óxidos minerales, sobre fondo estannífero, y en su época de máximo esplendor, cuando en sus fábricas se realizaron gran cantidad de piezas para la Corte de Felipe II como los azulejos del monasterio de El Escorial.
Por su parte, las talaveras pueblanas, protegidas en su país por la figura de Denominación de Origen, utilizan el mismo proceso artesanal que la ciudad castellana, explica Corrales, aunque una decoración más colorista, una capa de esmalte más gruesa "porque eso significaba que la pieza era más cara o de más calidad y nobleza", de hecho, añade, el dibujo de las piezas se pueden seguir "con el tacto de los dedos y los ojos cerrados".
Asimismo, presentan una decoración con influencias indígenas y también están entrando en el diseño "ultramoderno" con la técnica de decoración cerámica tradicional.
"Están haciendo cosas muy interesantes", señalan las responsables de Tierras de Cerámica, que indican que, para la presentación de la candidatura conjunta, España se ha encargado de fusionar la parte audiovisual y fotográfica y México la parte escrita del expediente.
Para Corrales y Campillejo, sería un sueño conseguir ese reconocimiento "de algo que es muy nuestro, que nos suba la autoestima a la ciudad que está un poco derrotada. Serviría para, en este rincón de Castilla-La Mancha, tener algo de lo que enorgullecernos, porque es nuestra identidad, es nuestra cerámica que llevamos a México y está por todo el mundo".
Se recuerda así con nostalgia los tiempos gloriosos de la cerámica de Talavera al adoptar las técnicas ranacentistas, de la mano de Jan Floris, de Francisco Niculoso Pisano, con los hornos de la ciudad en pleno auge ante la gran demanda de productos y el favor de la Corte; como también recuerdan el renacimiento que vivió en el siglo XX con Ruiz de Luna, Guijo o Niveiro.
Sin embargo, en la actualidad solamente hay aproximadamente 20 o 25 talleres en Talavera de la Reina y otros tantos en Puente del Arzobispo, con una, dos o tres personas como mucho trabajando en cada taller, lejos de las fábricas de antes con decenas de operarios.
"La cerámica lleva tiempo en crisis, pero en los últimos años, desde 2008, ha sufrido mucho más", lamenta Tierras de Cerámica y, por ello, los profesionales del sector confían en que, si finalmente se consigue la declaración, esto pueda ser "un acicate" para que la gente dé a esta artesanía el valor que se merece.
En este sentido, los ceramistas de Talavera Mónica García del Pino y Juan Carlos Albarrán indican a Efe que, con este proyecto, se pretende proteger los conocimientos y la forma de trabajar de quienes se dedican a dar forma al barro y a pintar sus creaciones.
Y sostienen que la declaración de Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por parte de la Unesco sería una manera de dar a la cerámica la importancia que tiene, de reconocer su valor, especialmente para Talavera, una ciudad que siempre ha estado ligada a este oficio, gracias al cual llegó a alcanzar fama mundial.