Campillo de Ranas, un pequeño municipios de Guadalajara muy conocido por las numerosas bodas que celebra durante todo el año a raíz de que su alcalde fuera uno de los primeros en ofrecerse para casar a parejas gays, ve tan solo una "pequeña ventana abierta" en la decisión del Gobierno de permitir para estos eventos un aforo de cien personas si se celebran al aire libre y están en la fase 2 dado que la mayor parte de la gente que acude al municipio es de Madrid y otras comunidades.
Así lo ha indicado a Europa Press su alcalde, Francisco Maroto, tras reconocer que el COVID-19 ha dejado a este pequeño municipio de la Arquitectura Negra sin una de sus principales fuentes de ingresos teniendo en cuenta que es uno de los pueblos donde más bodas se celebran al año tanto entre parejas heterosexuales como homosexuales y por cada una el Ayuntamiento recibe en torno a los 200 euros.
El año pasado en Campillo de Ranas se celebraron unos 80 enlaces y la mayor parte de los concelebrantes eran de Madrid, Sevilla, Alicante, Galicia o las islas y apenas un cuatro por ciento de la provincia de Guadalajara, de ahí que esta decisión no vaya influir de momento mucho, ha precisado este alcalde, uno de los primeros también en casarse en Campillo en tras salir adelante la ley que lo permitía.
En todo caso, este regidor ha incidido en que hasta que no haya movilidad por todo el territorio español el municipio "seguirá como está" porque las bodas de gente de Guadalajara son "muy poquitas".
Puerta abierta
Además, ha señalado que la gran mayoría son también de un mayor número de invitados, aunque ha reconocido que, en cualquier caso, ya "es una puerta abierta" pero tiene sus dudas de que si las medidas correctoras puedan compensar a los establecimientos que organizan este tipo de eventos, sobre todo porque ahora la gran mayoría estarán con ERTE.
El pasado año ingresó unos 6.000 euros por la celebración de bodas pero este año no será igual; el coronavirus ha dejado también las casas rurales y los restaurantes con el cierre echado y y se han suspendido la mayoría de los eventos, ha señalado Maroto, quien pese a lamentar este hecho ha pedido a las administraciones que "protejan los pueblos" ante la afluencia descontrolada de gente.
"Tenemos casi todas las bodas aplazadas para el año que viene", ha señalado este regidor que es también apicultor recordando que el Ayuntamiento casi todos los fines de semana tenían varias bodas y "todo eso se ha caído". Y si a eso se añade que gran parte de los turistas y veraneantes que tienen provienen de Madrid, las pérdidas económicas "son evidentes", ha subrayado.
Cuidar a los pueblos
Sin embargo, ahora tienen claro que no es el momento de que vaya gente sino todo lo contrario y por eso ha pedido a las administraciones que cuiden los pueblos.
"Que nos cuiden porque si no nos cuidan no van a tener quienes les guarden los pueblos", ha apuntado este alcalde, para quien lo primordial ahora, hasta que haya una vacuna contra el coronavirus, es la salud.
"El material humano es, si cabe, más irremplazable en los pueblos porque si fallece alguien, no solo no se remplaza sino que ya no vienen hijos ni nietos", ha concluido.