Durante el confinamiento se ha incrementado el uso de las aplicaciones móviles para ligar y tener sexo virtual, algo que muchos no habían experimentado antes. Haciendo una valoración en estos momentos, no a todos les ha resultado satisfactorio: prefieren las formas de siempre, el directo.
Es cierto que el amor romántico, en la actualidad, no va a ser posible como tod@s lo entendemos, sentimos y disfrutamos. Las formas de coqueteo y ligoteo ya no van a ser iguales ni van a tener el mismo resultado, casi siempre concluyendo con SEXO. Pero para sentirnos vivos, sí o sí, tenemos que readaptarnos a las normas de distancia de seguridad, mascarillas y ver cómo gestionamos ahora esa necesidad natural en las personas de mantener sexo.
No hablemos de las parejas estables, que seguirán teniéndolo con la normalidad que hasta ahora. Hablemos de los “otros”, de cualquier edad y sin pareja. Excluyo también a los adolescentes y demás jóvenes, a quienes en general les va a costar tener y mantener el chip de medidas de seguridad. Se sienten inmunes al virus, han tenido un corte radical en sus salidas y relaciones sociales y, ahora, con el desconfinamiento, están retomando con pocos miramientos todo tipo de relaciones, incluidas las sexuales (siempre hay excepciones, por supuesto).
Y para el resto que sí tenemos el semáforo del virus (porque es real y está ahí fuera) el planteamiento del coqueteo ahora es distinto. Antes estaba “todo” establecido: salir, un bar, una disco, un roce con excusa, una invitación inesperada, una pregunta con todas las pintas de más preguntas, intenciones que se huelen... En fin, eso ahora NO. Ahora no va a ser aquí te pillo aquí te mato, ahora descubriremos otras formas más sensuales para las mujeres, otras formas que nos gustan más en el cortejo tanto para dejarnos ligar como para lanzarnos nosotras. Ahora lo prohibido nos atrae, a todos.
Vamos a descubrir la erótica de la distancia, el poder de las miradas con todas las intenciones. El lenguaje no verbal es muy importante para comunicarnos, las posturas, el movimiento de las manos, tocarnos y, por supuesto, las miradas. Las sonrisas, que también son importantes, y los movimientos, con intención, de los labios al hablar ahora se excluyen por la mascarilla, pero vemos que se intentan compensar con movimientos corporales inconscientes y con el tono de voz.
Es la erótica de la seducción cuando nuestro cerebro se siente atraído y lo aprendido para el acercamiento ahora tiene límites. El proceso de ligar así se ve alargado porque esto requiere más tiempo hasta... ¿el sexo? En este nuevo escenario, los más aventajados van a ser los que tienen una buena conversación y son divertidos. Vamos a valorar más las actitudes y todo lo demás que no es el cuerpo, porque en este trayecto de miedo a lanzarse a la cama por un posible contagio, lo que nos va a dar “seguridad” es la confianza y la química que se establezca con el otro, aunque erróneamente, claro, porque conocer más a alguien no controla la posibilidad de mayor o menor contagio, porque cada uno seguimos teniendo nuestras otras relaciones laborales, personales...
Ah, y los “feos” ya pueden relajarse con las mascarillas. Alguien, cuando me lea, se dará por aludido. A mí nadie me parece feo: todos tenemos nuestro encanto, pero el autoconcepto en estas cuestiones de ligar y la autoestima varían cuando nos ocultamos detrás de una mascarilla, cuando nos sentimos protegidos detrás de ella. Nos da seguridad no solo físicamente sino que nos protege psicológicamente. Pues, ¡venga! Ya no hay excusa. ¡A sacar las otras cualidades y a por tod@s!
Volviendo al título del artículo, lo prohibido nos produce reactancia, o sea, querer más aún lo que no se puede. Ummmmm, ¡¡¡qué ganas!!! Y así aumenta la atracción cuando ya se ha producido una conexión, miradas, cuerpo.... Vamos, que es evidente que ya está. Y ahora el sexo…. ¡Qué panorama! ¿Quien se atreva a dar ese paso con alguien a quien acabamos de conocer? Los besos siempre son los primeros, los que dan comienzo; los besos nos encantan, sobre todo a nosotras: liberan oxitocina y nos acercan más a la actividad sexual. Ahora están prohibidos. Los besos son una vía de contagio demostrada.
Me estoy imaginando llevando en el bolsillo un test rápido para hacernos la prueba unos a otros, antes de profundizar. Y, bueno, la verdad es que esa seguridad nos haría disfrutar plenamente del sexo, aún más que antes de la existencia del virus. Nos “cogemos” con más ganas. Algunos ya lo han experimentado, aunque después la cabeza esté dando vueltas a un posible “y si...”.
Los que tienen dificultades erectivas o eyaculación precoz, en esta situación de no sexo tan rápido, se ven beneficiados. Ligan por la forma de ser sin el componente sexual. Se sienten protegidos al "no tener que” mantener relaciones sexuales ya mismo y protegidos a un posiblemente “fallar”, como ellos lo llaman (que eyaculen muy rápido o que pierdan la erección). Están exentos de sexo por causas ajenas a ellos... pueden explayarse en lo demás. Este margen de tiempo, con la excusa de ser precavido, les da seguridad. Así que primero vamos a coquetear y a ligar como se pueda, a disfrutar y a aumentar el ego, y después, en el siguiente artículo, veremos cómo concluimos con sexo.
Ana M. Ángel Esteban espsicóloga clínica y sexóloga.
Consulta en Toledo y online. Teléfono615224680.
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