Lo que parecen pequeños detalles en la alimentación pueden convertirse en grandes problemas. Las sandías o melones que se venden en las tiendas cortados por la mitad pueden suponer un grave riesgo para el consumidor.
Una sandía o melón cortado puede contenermicrorganismos patógenos provenientes de insectos, roedoreso las propias manos de los manipuladores que estando el alimento sin abrir no llegarían a su interior. Estas bacterias pueden desencadenarinfecciones serias como la salmonela o la listeria.
La nutricionistaBeatriz Robles, autora del libro 'Come seguro comiendo de todo', señala para Antena3 que habitualmente pensamos que las intoxicaciones vienen de productos animales pero tambiénpueden desarrollarse en productos vegetales. Explica que los vegetales en el momento que los cortamos tienen quemantenerse refrigeradosy a veces cuando los encontramos a la venta no están de este modo.
La nutricionista recomienda que si manipulamos frutas o verduras las refrigeremos a continuación paraevitar posiblesintoxicaciones.Señala que tienen que tener especial cuidado las personas inmunodeprimidas y embarazadas por ser mas sensibles a las infecciones y en este caso aconseja que compren la fruta entera.