La iglesia de Santa María la Mayor de Daimiel (Ciudad Real) ha recibido esta semana a su nuevo inquilino. Se trata de un órgano del siglo XIX, datado el año 1865, y que ha llegado directamente desde Chabournay (Francia) con el propósito de “facilitar las celebraciones y el canto, así como para atraer a través de la belleza de la música y crear cauces para el acercamiento a Dios”.
Es el resumen que hace el sacerdote Luis Eduardo Molina mientras, de fondo, más de una veintena de voluntarios y trabajadores descargaban todos los elementos que integra el instrumento.
El procedimiento hasta su llegada a Daimiel ha estado sujeto a complicaciones, como expresaba Luis Eduardo. “Se comenzó una intervención con un presupuesto bastante asumible que las colaboraciones y la parroquia podían afrontar, pero, por diferentes circunstancias no pudo ser, así que para continuar con el proyecto y proporcionar a la parroquia y al pueblo de Daimiel un instrumento de esta envergadura seguimos adelante y se encontró un órgano en Francia del siglo XIX, que por fin descansa en las dependencias de Santa María”, relata.
Un sumario largo hasta verlo hecho realidad. Durante casi una semana, un grupo de trabajadores y voluntarios desmontaron el órgano pieza a pieza. Tras un viaje de varias horas en un tráiler, el instrumento llegó durante la mañana del jueves en la caja del camión que albergaba en su interior un sinfín de cajas y tubos que poco a poco fueron acarreadas por varios voluntarios y trabajadores municipales.
Sólo la fachada principal del órgano cuenta con 45 tubos, en algunos casos de casi 7 metros de altura, dando como resultado un órgano neogótico de 7 metros por 7 metros de envergadura que descansará sobre el coro alto de la iglesia y que coincidirá en estilo con el retablo mayor. “A partir de hoy se empieza a construir, siendo controlado y dispuesto por el maestro organero; serán dos o tres meses de construcción”, precisaba el sacerdote durante esos instantes de en los que se acomodaban las piezas dentro del templo.
Cuando el montaje finalice, Daimiel contará con una pieza única en toda la región. “De esta categoría, época y dimensiones, en Castilla-La Mancha no hay en ningún sitio. Podemos encontrar similares en Madrid, Castilla y León, País Vasco o Sevilla, todo iglesias muy grandes o catedrales”, declaraba Molina.
El órgano, de la casa Stoltz-Frères de París, consta de un total de 56 teclas y más de 1.200 tubos en su interior. Desde el año 1978 ha permanecido en el auditorio privado de Monsieur y Madame Magré, en la pequeña localidad de Chabournay, en propiedad de la familia Magré-Grimaldi. La adquisición, decía el sacerdote “ha sido gracias a la colaboración de la parroquia, de la gente que forma parte de ella, así como de particulares y empresas”. “Hemos acometido la primera parte del proyecto, ahora hace falta financiación para continuar con el trabajo que aún queda pendiente”, reconocía.